En las últimas semanas, Rusia y Estados Unidos demostraron una vez más la capacidad de proyección de fuerza con sus bombarderos estratégicos. Desplegados en el Ártico e Indo-Pacífico, estos aviones de combate constituyen para Moscú y Washington uno de los principales elementos de disuasión por su largo alcance y por la capacidad de desplegar diversos tipo de misiles.

Uno de los bombarderos Tu-95MS ruso que operó en inmediaciones de la Isla de Hokkaido. Foto: Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas de Autodefensa de Japón

Uno de los casos más recientes fue informado por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas de Autodefensa de Japón, luego de que bombarderos estratégicos Tu-95MS de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia operaran en las inmediaciones de la isla de Hokkaido. Apoyados por cazas escoltas y un avión de guerra electrónica, los bombarderos rusos activaron las alarmas locales, razón por la cual Japón puso en alerta su sistema de defensa aérea, desplegando cazas interceptores de su Fuerza Aérea de Autodefensa.

Hace unos días, el Ministerio de Defensa de Rusia informó sobre el despliegue de sus bombarderos estratégicos en el Ártico, patrulla de largo alcance que concretó con dos Tu-160. El ejercicio aéreo, considerado una misión de rutina por la cartera de defensa rusa pese a las 11 horas de duración, fue una demostración de fuerza y de las capacidades aeroespaciales de Moscú sobre este espacio vital para los intereses rusos.

Pese a la guerra en Ucrania, Rusia intenta sostener sus esfuerzos sobre la región del Ártico, espacio que históricamente ha sido de gran importancia debido a los recursos naturales y las vías de comunicación marítimas que ofrece. Moscú mantiene una estrategia de despliegue con medios aéreos, navales y terrestres, habiendo implementado también patrullas combinadas con China, con Estados Unidos como objetivo central.

Bombarderos B-1B Lancer desplegados recientemente en Guam. Foto: USAF – Tech. Sgt. Robert Trujillo

Por su parte, Estados Unidos concretó en enero el despliegue de una fuerza de tareas de bombarderos estratégicos B-1B Lancer en la base aérea Andersen, unidad emplazada en la Isla de Guam. “…Este despliegue apoya los esfuerzos de entrenamiento de las Fuerzas Aéreas del Pacífico con aliados, socios y fuerzas conjuntas y misiones de disuasión estratégica para reforzar el orden internacional en el Indo-Pacífico…”, informó el Comando del Indo-Pacífico de EE.UU.

Vale recordar que estos mismos bombarderos estratégicos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos llevaron adelante el primer ejercicio aéreo combinado del 2025 junto a las Fuerzas Armadas de Corea del Sur y Japón, en una clara señal a China y Corea del Norte. No resultó llamativo que, días después, el régimen de Pyongyang respondiera con el lanzamiento de un nuevo modelo de misil estratégico.

Conscientes de la flexibilidad y capacidad de proyección de fuerza de sus bombarderos estratégicos, Estados Unidos y Rusia continúan modernizando sus flotas con nuevo armamento, además realizar trabajos para extender su vida útil. Sin embargo, Washington lleva la delantera en esta carrera, ya que su Fuerza Aérea incorporará en el mediano plazo al novedoso B-21 Raider, bombardero furtivo de nueva generación que reemplazará a modelos más antiguos.

Imagen de portada ilustrativa. Créditos: USAF – Tech. Sgt. Chris Hibben

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Redacción
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