En medio de la creciente tensión entre Irán e Israel, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, William Burns, aseguró recientemente que no existen pruebas concretas de que Teherán haya tomado la decisión de avanzar en la construcción de una bomba nuclear. Estas declaraciones se produjeron en un contexto marcado por especulaciones sobre las posibles intenciones de Irán tras su continuo desarrollo de capacidades nucleares y la reciente escalada militar en la región.
La amenaza de una escalada nuclear
Durante su intervención en la conferencia de seguridad Cipher Brief en Georgia, Estados Unidos, Burns explicó que si bien Irán ha acumulado uranio enriquecido a niveles cercanos a los requeridos para armamento nuclear, aún no se ha observado una decisión política clara por parte del liderazgo iraní para dar el paso final hacia la construcción de una bomba nuclear. Esto contradice algunas versiones que sugieren un avance inminente del régimen iraní en esta dirección.
El jefe de la CIA destacó que Irán se encuentra ahora en una posición significativamente más cercana para producir una bomba nuclear que hace unos años, lo que ha reducido considerablemente los tiempos de reacción para Estados Unidos y sus aliados en caso de que Teherán decida continuar con el desarrollo armamentístico. Según Burns, Irán podría acumular suficiente material fisible para una bomba en aproximadamente una semana, lo que genera preocupación en la comunidad internacional debido al riesgo de que los mecanismos de disuasión tradicionales no sean efectivos en este nuevo escenario.
El legado del acuerdo nuclear de 2015 y la fatwa de Jamenei
A lo largo de su discurso, Burns hizo referencia a la decisión tomada en 2003 por el Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, de suspender el programa de armamento nuclear del país, lo que fue respaldado por una fatwa (decreto religioso) emitida por la máxima autoridad teocrática iraní. Este compromiso fue una de las bases sobre las cuales se estructuró el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) de 2015, acuerdo que impuso severas restricciones al programa nuclear iraní a cambio del alivio de sanciones económicas.
Sin embargo, desde la retirada de Estados Unidos del acuerdo en 2018 bajo la administración de Donald Trump, Irán ha avanzado sin limitaciones significativas en su programa nuclear, lo que incluye no solo el enriquecimiento de uranio, sino también el desarrollo de misiles balísticos capaces de transportar una posible carga nuclear. Además, Teherán ha restringido el acceso de los inspectores internacionales a varias instalaciones nucleares clave, dificultando la labor de monitoreo.
Los desafíos en la región y el papel de Israel
Las tensiones entre Irán e Israel han alcanzado niveles críticos en las últimas semanas. Tras una serie de ataques con misiles balísticos lanzados desde Irán contra Israel, la respuesta israelí ha sido contundente, logrando repeler la mayoría de los ataques gracias a su avanzada tecnología de defensa aérea y sus capacidades de inteligencia. Burns reconoció las “limitaciones” de las capacidades militares iraníes, aunque advirtió que siguen siendo “muy potentes” y representan una amenaza significativa no solo para Israel, sino también para Estados Unidos y sus aliados en la región.
En este contexto, el director de la CIA subrayó la importancia de combinar los avances tácticos en el campo de batalla con una diplomacia estratégica para evitar una escalada mayor. Aunque tanto Irán como Israel han evitado hasta ahora un conflicto abierto a gran escala, Burns advirtió que el riesgo de una confrontación directa sigue latente, especialmente a medida que las facciones aliadas de Irán, como Hezbolá y Hamás, continúan participando en los enfrentamientos.
La vigilancia de Estados Unidos y la carrera por la bomba
A pesar de las recientes tensiones y el avance de las capacidades nucleares de Irán, Burns aseguró que tanto Estados Unidos como sus aliados confían en su capacidad para detectar rápidamente cualquier movimiento por parte de Irán hacia la construcción de un arma nuclear. La CIA, en coordinación con otros servicios de inteligencia occidentales, mantiene una estrecha vigilancia sobre las actividades nucleares iraníes para anticipar cualquier cambio en la estrategia de Teherán.
Burns destacó que el mayor desafío radica en que los plazos se han acortado de manera considerable, lo que dificulta la planificación de respuestas efectivas en caso de que Irán decida avanzar hacia la construcción de una bomba. Esta situación presenta un desafío estratégico tanto para Estados Unidos como para Israel, que deben equilibrar la disuasión militar con la diplomacia para evitar una nueva escalada de violencia en la región.
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