A pesar de la aceptación por parte de Hamás, Israel rechazó la propuesta de alto el fuego para poner fin a la guerra en Gaza, una oferta que establecía un plan en tres etapas de 42 días cada una. Según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el acuerdo “dejaría a Hamás intacto”, calificándolo como una “terrible derrota para el Estado de Israel”.

El ambicioso plan, cuyo contenido fue revelado por Al Jazeera, contemplaba un cese temporal de las operaciones militares entre ambas partes, seguido de una retirada gradual de las fuerzas israelíes desde las zonas densamente pobladas de la Franja de Gaza hacia el este.

En la primera etapa de 42 días, el ejército israelí debía retirarse en tres fases desde los bastiones del norte, centro y, finalmente, desalojar por completo el enclave palestino. A medida que se produjera esta retirada, se permitiría el regreso gradual de los civiles desplazados internamente en Gaza a sus hogares.

Además, la propuesta establecía que los aviones de guerra israelíes deberían dejar de sobrevolar Gaza durante 10 horas al día, ampliándose a 12 horas durante los períodos de intercambio de rehenes y prisioneros.

En cuanto a la ayuda humanitaria, se contemplaba la entrada diaria de 600 camiones con suministros esenciales, incluidos combustible, material de socorro y equipos para la reconstrucción de infraestructuras y la retirada de escombros.

Uno de los puntos más delicados involucraba el canje de prisioneros y rehenes. Durante la primera fase, Hamás debía liberar a 33 cautivos israelíes, incluyendo mujeres, niños menores de 19 años, mayores de 50 años y enfermos, a cambio de un número de prisioneros palestinos retenidos en cárceles israelíes.

La proporción de intercambio sería de un rehén israelí por 30 prisioneros palestinos, en canjes directos y conforme a una lista aprobada por ambas partes. Los tres primeros rehenes israelíes serían liberados al tercer día del acuerdo, y Hamás debería liberar a otros tres cada siete días, comenzando por las mujeres.

Reuters

La segunda etapa contemplaba “la vuelta a una calma sostenible”, con el cese permanente de las operaciones militares y los intercambios finales de cautivos y prisioneros, incluyendo a todos los israelíes vivos restantes, tanto civiles como militares.

En la tercera y última fase, se produciría el intercambio de los cuerpos y restos de los fallecidos de ambos bandos, dando paso a un plan de reconstrucción de tres a cinco años en Gaza, bajo la supervisión de Egipto, Qatar y las Naciones Unidas.

Pese a los esfuerzos por alcanzar un acuerdo de paz, el rechazo de Israel a la propuesta de alto el fuego ha reavivado las tensiones en la región. El primer ministro Netanyahu justificó su postura afirmando que “rendirse a las exigencias de Hamás sería una terrible derrota para el Estado de Israel”.

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Redacción
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