En un nuevo intento por involucrar a Pekín en los esfuerzos por poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania, el canciller alemán Olaf Scholz presionó al presidente chino, Xi Jinping, para que utilice su influencia sobre Moscú y lo convenza de abandonar su “campaña demencial” en territorio ucraniano. Alemania insiste en que China use su peso para contener a Rusia en la guerra de Ucrania.

Durante una visita de tres días a China, Scholz instó a Xi a ejercer su peso sobre el Kremlin y presionar a Vladimir Putin para que retire sus tropas y busque una salida negociada al conflicto. Sin embargo, la respuesta de la parte china no mostró cambios en su postura, que ha consistido en culpar a Occidente de prolongar los combates al suministrar armamento a Ucrania.

En un comunicado posterior a las conversaciones, el gobierno chino reiteró que no es “parte de la crisis ucraniana”, pero que ha promovido de manera constante las negociaciones de paz, exigiendo que se tengan en cuenta las preocupaciones tanto de Rusia como de Ucrania.

Pese a esta aparente falta de disposición a condenar abiertamente la invasión rusa, Scholz afirmó que las charlas lograron sentar “un bloque de construcción” que contribuirá a los esfuerzos diplomáticos por poner fin a la guerra. Incluso recalcó que ambos líderes acordaron que no se debe amenazar con el uso de armas nucleares.

La visita del canciller alemán a China se da en un contexto de crecientes tensiones entre Pekín y Occidente por la postura ambigua del gigante asiático frente a la guerra. Si bien China niega enviar ayuda militar a Rusia, un informe de inteligencia de Estados Unidos reveló que ha incrementado las ventas de material que puede tener usos tanto civiles como bélicos, lo que indirectamente fortalece el esfuerzo de guerra de Moscú.

Además de presionar a China por su neutralidad, Scholz también abordó las disputas comerciales entre Alemania y el gigante asiático, en particular las quejas europeas sobre la competencia desleal a través de subsidios que han generado una enorme capacidad productiva, sobre todo en sectores verdes como paneles solares y vehículos eléctricos.

El líder alemán instó a Beijing a mejorar las condiciones para las empresas alemanas que operan en China, reclamando un mejor acceso al mercado, competencia justa, protección de la propiedad intelectual y un sistema judicial más sólido. De lo contrario, advirtió, peligraría la continuidad de esas operaciones en territorio chino.

Pese a estas tensiones, China se mantuvo como el principal socio comercial de Alemania por octavo año consecutivo en 2023, con un intercambio de bienes y servicios por 254.100 millones de euros, apenas por debajo del volumen con Estados Unidos.

La visita de Scholz a Pekín se produce después de que el gobierno alemán presentara el año pasado una nueva estrategia para China, que recibió duras críticas del gigante asiático. En este contexto, el canciller buscó recomponer los vínculos y lograr un compromiso más firme de China con los esfuerzos por poner fin a la guerra en Ucrania, pero la respuesta de Xi dejó en claro que Pekín mantiene su postura de cautela y equilibrio entre Moscú y Occidente.

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*Fuente imágenes: AP

Redacción
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