La guerra entre Rusia y Ucrania ha dado lugar a una creciente “asociación militar” entre Moscú y Teherán, según una evaluación del Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) presentada recientemente al Congreso estadounidense. Esta cooperación bélica, que antes era una simple colaboración entre dos gobiernos, se ha intensificado en el último año, convirtiéndose en un factor clave para el esfuerzo bélico ruso en el frente ucraniano.

Según el general Michael Kurilla, jefe del CENTCOM, Irán ha proporcionado a las fuerzas rusas al menos 1.000 drones de ataque unidireccionales y decenas de sistemas aéreos no tripulados polivalentes para su uso contra las tropas ucranianas. Estas cifras han aumentado drásticamente en los últimos meses, lo que evidencia la creciente dependencia de Moscú en la tecnología bélica iraní.

Kurilla destacó que Teherán ha suministrado a Rusia los temidos drones Shahed-136, un “sistema muy capaz” que está siendo producido a un ritmo de más de 100 unidades por semana en una fábrica construida por Irán en territorio ruso. Imágenes difundidas en internet muestran líneas de producción con filas de clones de estos drones negros y grises, reconocibles por su diseño triangular, espinas redondeadas y conos de morro rechonchos.

Esta cooperación entre Rusia e Irán ha despertado preocupación en los legisladores y militares estadounidenses. El representante demócrata Joe Courtney afirmó que “una de las razones por las que Ucrania se encuentra ahora mismo en una situación tan desesperada es por el torrente de aviones no tripulados que, de nuevo, están utilizando las fuerzas rusas para debilitar la línea del frente”.

La creciente utilización de drones y tecnologías no tripuladas en el campo de batalla ha sido una característica destacada de la guerra en Ucrania, así como en otros conflictos en los que Irán tiene influencia, como el enfrentamiento con los rebeldes Hutíes en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.

Teherán ha sido señalado por la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos como proveedor de estos sistemas tanto a las tropas rusas como a los rebeldes Hutíes. Según los análisis de esta agencia, el modelo Shahed, conocido como Geran o Waid, ofrece a sus usuarios una carga explosiva con más de 1.000 millas de alcance a un costo relativamente bajo.

Además de su papel en el conflicto ucraniano, Irán ha sido un proveedor de armas a grupos extremistas en su vecindario durante mucho tiempo. Estados Unidos ha impuesto repetidamente sanciones a personas y organizaciones por su presunta labor armamentística en beneficio de Teherán.

En diciembre pasado, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a 10 entidades y cuatro personas por facilitar la adquisición por parte de Irán de componentes electrónicos de origen estadounidense para su uso en sistemas no tripulados. Dos meses después, el Tesoro informó de la intervención contra cuatro empresas ficticias que suministraban “materiales y tecnología sensible para los programas de misiles balísticos y vehículos aéreos no tripulados de Irán”, incluida la serie Shahed.

“Todos sabemos que Irán ha sido un patrocinador de milicias terroristas y una fuente principal de inestabilidad en la región durante más de 40 años”, declaró el representante republicano Mike Rogers. “Pero en los últimos años, parece que el ayatolá se ha envalentonado aún más”.

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Fuente: C4ISRNET

Redacción
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