Alemania es la potencia económica del continente europeo. Representa el 33,8% de las exportaciones, siendo el mayor exportador de la Unión Europea con base en Eurostat y es una de las economías más innovadoras del continente, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Sin embargo, las previsiones sobre su crecimiento económico pueden afectar a todos los socios europeos y la OTAN. En palabras del Ministro de Economía alemán, Robert Habeck, el país se encuentra en “aguas turbulentas”.

Previsiones recientes del gobierno alemán establecieron que el PBI se contrajo un 0,3% según los datos de la Oficina Federal de Estadística alemana en el último cuatrimestre de 2023, y es posible que lo haga nuevamente en el primer trimestre del 2024. Técnicamente, Alemania se encontraría bajo una recesión. Para oscurecer aún más el panorama, el Ministro Habeck mencionó que los factores que indujeron al país a estancarse económicamente persistirán durante el 2024.

Uno de los motivos de la crisis es la industria. Para la economía alemana esto se refleja en la caída de la construcción. Las órdenes para construir se redujeron un 40% según el Banco Federal Alemán, a la vez que aumentó el costo de la vivienda. Esto trae aparejado un impacto negativo para la población alemana. Según la Cámara de Construcción Alemana (HDB), casi un millón de empleos dependen del sector. Si la situación no se revierte a futuro, impactará negativamente en la mejora de los indicadores económicos.

El costo de la energía es otro de los principales factores que generó el estancamiento de la economía alemana. Luego de iniciada la guerra en Ucrania, el gobierno ruso decidió cortar las exportaciones de gas natural. El costo del mismo era muy bajo. Como respuesta, el gobierno del Canciller Olaf Scholz tuvo que recurrir al carbón y las energías renovables a un costo mucho más elevado. Este cambio no fue gratis: generó un aumento de los costos en la producción e inflación que impactó en la clase media y baja alemana. Según datos de la Comisión Europea, la inflación en Alemania fue un 6% en 2023, con un pronóstico del 2,4% para 2024.

Las altas tasas de interés europeas también contribuyeron al estancamiento alemán. De encontrarse a -0,5% al 4% actual, generó que los servicios del financiamiento con el Banco Central Europeo (BCE) crezcan notablemente afectando las finanzas públicas alemanas. Además, en noviembre de 2023 la Corte Constitucional restringió el uso del gasto público, generando que los alivios fiscales sean menores y la recaudación deba aumentar. Un claro ejemplo de esta situación es el recorte de subsidios al diesel para los agricultores, que derivó en las protestas masivas en Alemania de los mismos. El gabinete económico junto a los parlamentarios alemanes están preparando un paquete de medidas fiscales que estimule la economía. Con el fallo de la Corte Constitucional, los montos serán menores a lo estipulado en un principio.

En cuanto al comercio internacional, las exportaciones se enfrentan a una débil demanda de los mercados globales. La situación en el Mar Rojo, que conecta Europa con Asia y África, no ayuda a mejorar la competitividad en los costos logísticos. Y el principal problema de Alemania es que China, uno de sus principales competidores pero a la vez su primer socio comercial, se encuentra en una crisis de crecimiento similar. Actualmente, el sector de automóviles eléctricos en China está mejorando exponencialmente su competitividad en el mercado interno y externo, afectando a Volkswagen y las PyMEs alemanas que abastecen al sector. Su otro socio comercial, los Estados Unidos, impuso subsidios a las energías renovables durante la administración Biden, afectando la competitividad alemana en el mercado norteamericano.

Alemania, luego de la guerra en Ucrania, decidió liderar más allá del rol económico. El discurso Zeitenwende (cambio de época en español) del Canciller y la Estrategia de Seguridad Nacional así lo plantean. El gasto del 2% del PBI en defensa sustenta esa idea. Sin embargo, el estancamiento económico resta credibilidad al gobierno alemán. Actualmente, Alemania es el mayor socio militar que tiene Ucrania entre los países miembros de la Unión Europea. Aun así, su industria militar tiene enormes desafíos económicos y operativos por delante para brindar mayor ayuda a Kiev. 

A pesar de los esfuerzos para liderar a Europa y Occidente a través del crecimiento económico y la estabilidad política, hoy ambos escenarios se encuentran en discusión dentro de Alemania. La política monetaria restrictiva del BCE, la caída de la producción industrial, la falta de mano de obra cualificada, la reducción del comercio global y la disputa interna por la política económica afectan el posicionamiento de Alemania como un país con una proyección de liderazgo a largo plazo. Pero el escenario parece cambiar, a ritmo lento. La inflación será menor, reactivando el consumo. Y en caso de aprobarse el alivio fiscal a las PyMES, la producción alemana volverá a su cauce natural. Quedará por verse el impacto en las elecciones para el Parlamento Europeo en junio de 2024.

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Joaquín Bernardis
Licenciado en Relaciones Internacionales (UCSF). Investigador en el Observatorio de Política Internacional (UCSF). Consultor en internacionalización. Docente universitario en marketing internacional (UCU). Especializado en desarrollo de negocios con mercados asiáticos (UNRaf).

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