El comienzo del Ramadán, mes sagrado para los musulmanes, se presenta como una fecha crucial para las conversaciones entre Israel y Hamás por el alto al fuego en Gaza, principalmente por considerarse como un punto crítico de las tensiones entre ambas partes en el conflicto regional. Las autoridades, pese a intentar llegar a un acuerdo antes del domingo 10 de marzo -inicio de la celebración-, son conscientes de que el fin de los esfuerzos diplomáticos se divisa en un futuro cercano.
Cabe destacar que el Ramadán es uno de los meses del calendario islámico que procede de la raíz árabe “ar-ramad”, donde por un mes los musulmantes realizan un ayuno para conmemorar la revelación del Corán. Sin embargo, más allá de la celebración para una gran parte de la población mundial y regional, se había establecido como una fecha límite para el fin de las conversaciones por el alto al fuego en Gaza.
Pero un alto al fuego entre Israel y Hamás es, ahora, lejano. Y sin una pausa próspera en los ataques constantes, las escenas de muerte y la destrucción de la región continuarán sin cesar. Asimismo, el antecedente del año 2021 en la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén demuestra que, pese al mes de celebración, puede haber atisbos de nuevas escaramuzas. Durante ese año, Hamás lanzó múltiples cohetes contra Israel, ya que el grupo se considera el guardián de Al-Aqsa y Jerusalén.
En consonancia, las conversaciones por el alto al fuego en El Cairo se han estancado, uno de los últimos impulsos por lograr también la liberación de rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos. Ambas partes se han culpado mutuamente de “obstaculizar” un avance significativo, y los negociadores Qatar, Egipto y Estados Unidos, quienes han buscado llegar a un acuerdo mutuo de intercambio de rehenes y un alto al fuego por seis semanas, junto con la entrega de ayuda humanitaria y el fin del bloqueo de los corredores, ven cómo la situación retrocede.