Este sábado, diversos medios israelíes afirmaron que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, tiene planes de presentar al Gobierno la próxima semana el próximo curso de acción que el Ejército seguirá para atacar la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. El plan consiste en reubicar a los palestinos de Rafah en zonas del centro y el sur de la Franja de Gaza, sin que el ejército permita que los palestinos se trasladen a las zonas del norte de la Franja.
Los medios locales citaron las declaraciones del miembro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, del pasado viernes, donde exigió continuar la guerra en Gaza incluso durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, y ampliarla a Rafah si no se liberaba a los israelíes cautivos en la zona. Cabe destacar que Rafah, una ciudad en la Franja de Gaza y sobre la frontera egipcia administrada por Palestina, alberga a más de un millón de palestinos desplazados por ser “una zona segura”.
Por el momento, las acciones de Israel han sido consideradas por la Corte Internacional de Justicia como genocidio, considerando que desde el ataque de Hamás el 7 de octubre han fallecido 28.858 palestinos y más de 68.677 han resultado heridos heridos, mientras que el saldo de víctimas israelíes se estiman en un aproximado de 1.200 personas. Por esa razón, se ha instado en múltiples ocasiones a Tel Aviv a que ponga fin a estas acciones y garantice la prestación de ayuda humanitaria a la población civil.
En paralelo, múltiples aliados de Israel han manifestado preocupación por las hazañas de Israel. Recientemente, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, respondió a los dichos del mandatario israelí y reiteró a Herzog que su país “no apoyará una incursión militar en Rafah sin un plan para proteger a los civiles”. Además, enfatizó en la necesidad de que “todas las partes tomen medidas para proteger las vidas civiles y prevenir que el conflicto se extienda”.