Los lazos entre Estados Unidos y México se vieron afectados por informes de una investigación de la DEA sobre posibles vínculos entre fondos del narcotráfico y la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006.
Tres informes independientes de ProPublica, InSight Crime y Deutsche Welle (DW) ampliaron acusaciones previas, sugiriendo que los asesores de López Obrador recibieron millones de dólares de cárteles de drogas a cambio de un compromiso de aplicación laxa de la ley en caso de su elección.
López Obrador respondió acusando a los informes de ser parte de una conspiración mediática dirigida por el Departamento de Estado de EE. UU. Señaló la influencia de este departamento en los medios, tanto en Estados Unidos como en México, sin presentar pruebas concretas. Los informes destacaron viejas tensiones que López Obrador tiene con sus rivales políticos y con Estados Unidos, en un momento en que el presidente Biden busca la cooperación en asuntos migratorios.
Uno de los informes alega que López Obrador agradeció a “La Barbie”, líder de la Organización Beltrán Leyva, por contribuciones a su campaña. Aunque la DEA no determinó si López Obrador estaba al tanto del plan, los informes coinciden en que Nicolás Mollinedo, un antiguo colaborador de López Obrador, estuvo involucrado en el recibimiento de contribuciones. La investigación, cerrada en 2012, generó menos optimismo entre los funcionarios estadounidenses debido a la postura menos cooperativa del gobierno de Peña Nieto.