Donald Trump logró una victoria contundente en las primarias del Partido Republicano en Iowa, consolidando su posición como el favorito para la nominación presidencial. Con el 51% de los votos, Trump superó a sus rivales, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, con una ventaja de 30 y 32 puntos respectivamente.

El escrutinio provisional reveló que el magnate perdió por un estrecho margen de un voto en el condado de Johnson, donde se encuentra la Universidad de Iowa, frente a Haley. Sin embargo, este pequeño revés no impidió que Trump alcanzara una victoria prácticamente perfecta en los 99 condados de Iowa, consolidando su posición como favorito en el Estado.

En cuanto a sus rivales, la estrategia que viene empleando Ron DeSantis, que buscaba presentarse como un candidato más conservador pero menos vocal que Trump, fracasó en este escenario. Mientras que Nikki Haley, pese a no contar con un terreno propicio en Iowa, logró un resultado que la posiciona como una fuerte contendiente para el segundo lugar en las próximas primarias de New Hampshire.

El dominio de Trump en las primarias de Iowa plantea una serie de interrogantes respecto al futuro del Partido Republicano. Aunque más de 90 cargos pendientes pueden amenazar la imagen de Trump, su capacidad para movilizar a los votantes parece inquebrantable, asegurando su influencia sobre el partido incluso en medio de desafíos legales.

Además, revela que el expresidente continua siendo un factor de movilización para los republicanos. La incertidumbre sobre su posible regreso a la Casa Blanca mantiene en alerta también a los sectores liberales de Estados Unidos, particularmente cuando la aprobación de Biden fue disminuyendo.

Fuente: El Periódico

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