El reciente ataque en Irán no tomó por sorpresa a quienes siguen de cerca las actividades del ISIS Analistas del medio Defense One consideran que es una manifestación del éxito del grupo en ampliar su presencia regional, aprovechando la diversidad étnica y nacional de sus miembros.
En este sentido, la internacionalización de la agenda de ISIS-K – en la búsqueda por establecer un califato islámico en Asia Central y Meridional – viene ganando impulso desde la retirada de Estados Unidos y el colapso del gobierno afgano en el año 2021.
El reclutamiento diversificado de ISIS, incluida la participación de ciudadanos tayikos en el atentado de Kerman, refleja la estrategia deliberada del grupo para atraer a poblaciones musulmanas descontentas en la región. La propaganda multilingüe del grupo aglutina agravios locales, regionales y globales para movilizar partidarios y consolidar una narrativa única.
Es por esto que el reciente atentado no solo destaca la rivalidad entre ISIS e Irán, sino que también lleva la lucha directamente al símbolo del liderazgo chií. Proporcionando no solo credibilidad ideológica al grupo islámico sino también facilitando el potencial reclutamiento entre individuos partidarios de ideologías antichiíes en el mundo musulmán.