El expresidente peruano, Alberto Fujimori, ha sido liberado anticipadamente en diciembre gracias a una decisión del Tribunal Constitucional de Perú, lo cual refleja un problema más amplio en América Latina, donde la línea entre los gobiernos y el crimen se vuelve cada vez más borrosa.
Fujimori, de 85 años, cumplía una condena de 25 años por su implicación en ejecuciones extrajudiciales, secuestros y malversación de fondos durante su mandato que finalizó en 2000. El Tribunal Constitucional restableció un indulto presidencial anterior, ignorando las restricciones impuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Este caso evidencia un problema más amplio en América Latina, donde diversos políticos parecen empeñados en debilitar la capacidad del Estado para enfrentar a grupos criminales. En Guatemala, legisladores sancionados por corrupción han obstaculizado la asunción del presidente electo, quien lucha contra la corrupción. En Ecuador, bandas violentas buscan controlar el poder al reclutar funcionarios públicos. México y Brasil también enfrentan la influencia de cárteles de drogas y paramilitares en sus gobiernos locales y estatales.
A pesar de los éxitos en reducir la pobreza y controlar la inflación, la creciente amenaza del crimen organizado persiste como un desafío importante para las democracias latinoamericanas. El crimen organizado se ha arraigado en la región durante las últimas cuatro décadas, participando en actividades ilícitas como el narcotráfico, la extorsión, la minería ilegal y el contrabando de personas.
Primero, sería el 5to poder, porque los grandes medios de comunicación son el 4to. Segundo, como va a ayudar EEUU, si gran parte de estos delincuentes operan allí y es en Estados Unidos donde se lava más dinero?