El Esequibo se ha convertido en el epicentro de una tensión geopolítica que involucra a Venezuela, Estados Unidos y China. Las disputas territoriales, sumadas a intereses petroleros, han llevado a una escalada de tensiones que podría tener repercusiones significativas en el equilibrio geopolítico y económico global.
La controversia sobre el Esequibo no es nueva. Desde el laudo arbitral de 1899, Venezuela y Guyana han mantenido desacuerdos territoriales. El Acuerdo de Ginebra de 1966 buscó resolver estas tensiones, pero las recientes acciones de Guyana, como la concesión de áreas para exploración petrolera, han reavivado el conflicto.
El presidente Nicolás Maduro ha tomado medidas drásticas, anunciando una ley para prohibir la contratación de empresas que operen en el Esequibo. Esta decisión busca proteger lo que Venezuela considera su soberanía, pero también tiene implicaciones económicas y diplomáticas significativas. Maduro ha enfocado sus críticas en ExxonMobil, acusándola de explotación ilegal.
Estados Unidos y China: dos gigantes en juego
La presencia de ExxonMobil en la región ha intensificado las tensiones con Estados Unidos. Sin embargo, la participación de China a través de la China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) y la China National Petroleum Corporation (CNPC) complica aún más el panorama. Con intereses en el bloque Stabroek, las empresas chinas podrían verse obligadas a tomar decisiones difíciles si Venezuela sigue adelante con su prohibición.