Durante las elecciones intermedias de 2022, según los informes de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, los intentos de China y Rusia de afectar la infraestructura electoral no impactaron el proceso de votación.
Según el Consejo Nacional de Inteligencia, la actividad extranjera buscó sembrar división y desconfianza en el electorado, pero no se encontró evidencia de que afectara la votación, cambiara votos o comprometiera la integridad del proceso electoral.
El informe destaca que, a diferencia de los intentos de interferencia en 2016, no se han observado esfuerzos persistentes para alterar la infraestructura electoral desde entonces. Además, sugiere que la interferencia futura podría centrarse en influir en plataformas en línea, dada la disuasión efectiva y los costos asociados con ataques cibernéticos a la infraestructura electoral.
Además de Rusia, China e Irán, el informe señala los intentos de Cuba de socavar a algunos candidatos, aunque en menor escala y con objetivos más específicos que los otros países mencionados.