Cuando el grupo armado libanés Hezbolá anunció recientemente que su líder, Hassan Nasrallah, daría un discurso público por primera vez desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas, toda la región se mantuvo en vilo. La incógnita sobre si Hezbolá, respaldado por Irán, optaría por una intervención más directa o mantendría sus limitados ataques contra Israel generó gran expectativa.
En este sentido, Hezbolá estuvo involucrado en intercambios de disparos con las fuerzas israelíes a lo largo de la frontera tras el ataque sorpresa de Hamas en el sur de Israel que desencadenó el conflicto en Gaza. A pesar de las bajas sufridas por ambas partes, todavía persiste el temor de que el conflicto se intensifique y se extienda a una lucha a nivel regional.
En su reciente discurso, Nasrallah abordó estas preocupaciones y afirmó: “Algunos dicen que voy a anunciar que hemos entrado en la batalla. Ya entramos en la batalla el 8 de octubre”, sin anunciar una participación más contundente en el conflicto. Y aunque la ideología de Hezbolá está alineada con Irán, su relación con Hamas se basa en consideraciones pragmáticas.
Si bien inicialmente Hamas tenía vínculos más débiles con Irán y Siria, “en los últimos cincos años su relación se mejoró a un ritmo rápido” sostuvo Qassim Qassir, analista libanés cercano a Hezbolá. A pesar de algunas divergencias relacionadas con el conflicto en Siria, las relaciones entre los dos grupos mejoró considerablemente, de acuerdo al analista.