Tanto el presidente el PP como Pedro Sánchez trasladaron a Felipe VI su disposición a someterse a la confianza del Congreso.

Aunque ha experimentado diversas situaciones inéditas e históricas a lo largo de su reinado, Felipe VI se encontraba ante un escenario desconocido. Estaba enfrentando una ronda de consultas con dos candidatos que aspiraban a la investidura. Tanto Alberto Núñez Feijóo como Pedro Sánchez se presentaron en Zarzuela ante el Rey con la intención de convertirse en candidatos a la presidencia del Gobierno. En este complejo papel, el Rey reafirmó la institucionalidad que caracteriza su reinado y decidió proponer a Alberto Núñez Feijóo como candidato, quien ahora deberá buscar el respaldo de la Cámara.

Feijóo expresó al Monarca: “He mostrado mi disposición…”; mientras que Sánchez comunicó: “Le he trasladado mi disposición…”. Ambos se presentaron con la promesa de contar con una mayoría, reclamando su derecho, pero sin tener certeza al respecto. Sin embargo, en el comunicado posterior a su decisión, el Rey destacó la falta de claridad en los apoyos de los candidatos, señalando que hasta ese momento no se había constatado una mayoría suficiente para la investidura que justificara desviarse de la costumbre de proponer al candidato con mayor cantidad de votos. En otras palabras, la perspectiva de Sánchez de que “solo puede lograrse una mayoría parlamentaria en torno al PSOE” no convenció al Monarca.

El bunker del Partido Popular tras la victoria en las pasadas elecciones.

Es relevante señalar que en esta ronda de consultas no participaron las formaciones independentistas Bildu, ERC y Junts, mientras que el PNV sí estuvo presente. Por lo tanto, el Rey no tuvo acceso directo a la posición y enfoque de estos partidos, a pesar de la afirmación de Sánchez de que era posible conformar una mayoría en torno a su figura.

A pesar de las semanas de incertidumbre, especulaciones y declaraciones públicas que intentaban influir en la decisión, tanto Feijóo como Sánchez habían hecho pronunciamientos públicos posicionándose como la única opción viable para la designación. Felipe VI mantuvo su coherencia y preservó la institucionalidad que ha cultivado, siguiendo la práctica de designar al candidato con mayor número de escaños en la ronda de consultas, aunque en ese momento no tuviera garantizados los apoyos necesarios para alcanzar la mayoría de 176 diputados. Esto ha sido evidente en casos anteriores, como con Mariano Rajoy en 2015 y con Sánchez en 2019.

La justificación de la decisión se basó en que el PP fue el grupo político que obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones recientes de julio. No obstante, resulta interesante observar similitudes entre la designación de Feijóo y la de Rajoy en 2016, ya que ambos candidatos presentaron, en un principio y al momento de su encuentro con el Rey, una mayoría en contra que hacía parecer improbable su investidura.

Un caso excepcional se presentó en septiembre de 2019, cuando el Rey no propuso nuevamente a Sánchez después de la investidura fallida de julio y la ronda de consultas no arrojó un candidato con los apoyos necesarios para obtener la confianza del Congreso. En ese contexto, se optó por una repetición de las elecciones.

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Redacción
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