Los líderes de las naciones amazónicas, incluyendo Brasil, Colombia y Perú, se han congregado en la ciudad de Belém, Brasil, para abordar una reunión extraordinaria sobre el futuro de la selva tropical más grande del mundo, en medio de una creciente preocupación por la crisis climática global.

La cumbre ambiental, convocada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, representa un cambio de dirección en la política gubernamental brasileña después de cuatro años de deterioro en la Amazonía y aislamiento internacional bajo el liderazgo previo de Jair Bolsonaro.

Entre los participantes en la reunión en Belém se encuentran el presidente de Bolivia, Luis Arce, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, el primer ministro de Guyana, Mark Phillips, y la representante peruana, Dina Boluarte. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se retiró a última hora citando una infección en el oído. Ecuador y Surinam, los otros miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), han enviado representantes de alto nivel.

“Este es un momento histórico”, tuiteó Lula el martes mientras sus invitados eran acompañados a las conversaciones por motoristas de la policía. “Es histórico lo que estamos haciendo en defensa de la Amazonía y su población”.

En la inauguración de la cumbre, Lula subrayó que la “grave crisis climática” exige una cooperación regional “más urgente que nunca”.

La presidenta peruana, Dina Boluarte (izquierda) conversó con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante una reunión bilateral al margen de la cumbre amazónica. Fotografía: Ricardo Stuckert/Presidencia de Brasil/AFP/Getty Images

Cuando los políticos llegaron a la ciudad costera el lunes, la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, afirmó: “Estamos aquí con la plena conciencia de que la Amazonía está en grave peligro… No podemos permitir que llegue a un punto sin retorno… y será imposible revertir este proceso si trabajamos de manera aislada”.

La agenda de la primera reunión de la OTCA en 14 años incluye posibles acuerdos para detener la deforestación para 2030, así como esfuerzos conjuntos para combatir la minería ilegal desenfrenada y los grupos criminales organizados que están ganando terreno en la región amazónica. El presidente de Colombia ha estado abogando por la prohibición de la exploración de petróleo y gas en la Amazonía, aunque los planes brasileños de desarrollar un campo petrolero cerca de la desembocadura del río Amazonas complican estos esfuerzos.

Se espera que los miembros de la OTCA presenten una declaración final, conocida como la Declaración de Belém, al término de la reunión de dos días. Los expertos sostienen que esta declaración probablemente incluirá estrategias de colaboración para combatir la deforestación y financiar proyectos de desarrollo sostenible, además de la creación de un centro de aplicación de la ley en la ciudad brasileña de Manaus para promover la cooperación entre las fuerzas policiales regionales.

¿Qué desafíos le esperan a estos líderes?

Los desafíos que enfrentan los miembros del grupo son tan vastos como el propio Amazonas, una región en expansión de 6,7 millones de kilómetros cuadrados que, si fuera un país, sería el séptimo más grande del mundo. Además de albergar a casi 50 millones de personas, la región contiene alrededor de 400 mil millones de árboles pertenecientes a 16 000 especies distintas, más de 1300 especies de aves, decenas de miles de especies de plantas y el 20 % de los recursos hídricos del planeta. También se cree que contiene más de 120 mil millones de toneladas de carbono, convirtiéndola en un sumidero de carbono vital.

No obstante, en el último medio siglo, la expansión de la ganadería, la tala, la minería, el cultivo de soja y la exploración petrolera han devastado grandes áreas de la región, llevándola hacia un punto de no retorno temido por los científicos, que podría desencadenar la extinción del bosque.

Además, grupos criminales transnacionales han aumentado su presencia en la región, y un alto funcionario de policía brasileño advirtió recientemente que los “insurgentes criminales” podrían tomar el control de partes de la Amazonía, con consecuencias desastrosas para la selva y sus habitantes.

Antes de la cumbre del martes, miles de activistas indígenas se reunieron en una cumbre paralela en Belém para exigir un mayor respaldo del gobierno en su lucha por la protección de la selva. No obstante, estos esfuerzos se han visto empañados por los asesinatos del periodista británico Dom Phillips y el líder indígena brasileño Bruno Pereira. Los activistas también están presionando para que se comprometa a proteger el 80 % de la Amazonía para 2025.

Activistas y líderes indígenas se han manifestado y reunido para una cumbre paralela en Belém en los días previos a la reunión de presidentes. Fotografía: Filipe Bispo/Agencia Anadolu/Getty Images

Los activistas expresaron un sentimiento de alivio por el fin de la época de caos amazónico durante el liderazgo de Lula, aunque también sienten ansiedad por la posibilidad de que el congreso conservador de Brasil obstaculice la implementación de la ambiciosa agenda ambiental del presidente, que ya ha logrado una reducción del 42,5 % en la deforestación.

“Sabemos que tenemos muchos enemigos en el Congreso que no están de nuestro lado”, comentó Alessandra Korap, líder de la comunidad munduruku.

Korap instó a Lula a oponerse a la exploración petrolera en la Amazonía y a tomar una postura en contra de un controvertido proyecto de ley que invalidaría los reclamos indígenas sobre tierras que no pudieron demostrar que ocupaban cuando se promulgó la Constitución de Brasil en 1988. “Esto significaría la devastación de nuestras comunidades”, advirtió Korap.

Te puede interesar: Lula da Silva propone a la Amazonia brasileña como sede para la 30ª Conferencia del Clima

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

Dejá tu comentario