El pasado martes, el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, viajó a la ciudad capital de Belfast con el objetivo de presentar – lo que algunos analistas consideran como histórico – el acuerdo con la Unión Europea al ala más dura de la política irlandesa: los unionistas. Los mismos ven con temor que las reglas comerciales que fueron establecidas posterior al Brexit, estén socavando el lugar de Irlanda del Norte en Reino Unido.
Contexto
El también denominado “Marco de Windsor” – aclamado por Londres y Bruselas como un gran avance pero que todavía necesita el visto bueno de Irlanda del Norte -, fue anunciado en conjunto por Reino Unido y las 27 naciones de la UE el pasado lunes. El mismo busca resolver una disputa sobre el comercio de Irlanda del Norte que ha perjudicado las relaciones bilaterales desde que el gobierno inglés dio marcha al proceso de abandono del bloque en el año 2020.
En este sentido, el acuerdo facilitará los controles aduaneros y otros obstáculos comerciales para las mercancías que se trasladan a Irlanda del Norte desde el resto de Reino Unido, y que fueron impuestos después del Brexit en pos de mantener una frontera abierta entre el norte y su vecino de la UE, la República de Irlanda.
Irlanda del Norte es la única parte de Reino Unido que comparte frontera con un miembro de la Unión Europea, es por ello que, posterior al Brexit, las dos partes acordaron mantener la frontera irlandesa libre de puestos aduaneros y otros controles. Sin embargo, existen controles sobre algunos productos que ingresan a Irlanda del Norte desde el resto de Reino Unido, lo que generó un malestar en los políticos unionistas en Belfast, quienes afirman que la nueva frontera comercial en el Mar de Irlanda “socava el lugar de Irlanda del Norte en el Reino Unido”.