La situación de la pesca ilegal en las costas de Argentina ha sido tema de preocupación constante y manifestado por múltiples sectores de la sociedad, considerando que los movimientos de los últimos años muestran que diversas flotas de pesqueros ilegales chinos inician su traslado hacia el Atlántico Sur durante el verano en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país. Actualmente, y según las plataformas de monitoreo pesquero, medio centenar de embarcaciones se acumulan frente a las costas de Comodoro Rivadavia, principalmente, y se espera que el total de unidades ronden los 400 buques en el primer trimestre del 2023. 

Según los reportes del sector, el año podría terminar con al menos 200 pesqueros en la zona a finales de diciembre. Sus orígenes son varios, aunque los “poteros” chinos son los principales barcos que operan sin descanso en la ZEE argentina. Se radican principalmente en esta zona debido a la pesca intensiva de calamar, un negocio que mueve al menos 700 millones de dólares por año. 

Fuente: Ip

Cabe destacar que, legalmente, las flotas pueden posicionarse en la milla posterior al límite de la ZEE, aunque los poteros chinos una y otra vez irrumpen en aguas nacionales para la pesca. Los métodos extractivistas de buques chinos son ampliamente cuestionados, no solo por excederse del límite habilitado sino también por el saqueo que implica a la biodiversidad marina, en términos de pesca a gran escala en áreas específicas por períodos que pueden superar el año, movimientos a escondidas de los satélites, y esclavitud de los trabajadores de estos buques (ya que los tripulantes suelen ser de origen africano o asiático con condiciones laborales muy inhumanas). 

Lo que principalmente realizan estos buques al irrumpir en aguas nacionales es apagar sus dispositivos de identificación en alta mar –AIS– para no ser detectados y poner el jaque los sistemas de vigilancia operativos de la Armada y Prefectura Argentina que cuidan el ecosistema marino doméstico. En este contexto, solo en el período 2017-2019 casi 5.370 embarcaciones desactivaron sus AIS para cubrir sus incursiones clandestinas alrededor del mundo, según investigaciones recientes como las de Science Advances. De ese total, casi el 50% tuvo lugar al borde de la milla 200 de la ZEE argentina. 

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Diversos reportes de Science Advances afirman que “esta ‘flota oscura’ que pesca sin autorización está compuesta fundamentalmente por barcos que usan palangres (líneas con miles de anzuelos), poteros de calamar y redes de arrastre. La pesca predatoria está en el centro de las preocupaciones de empresarios del sector, que calculan que hasta 500 intrusiones anuales depredan las reservas argentinas”. Bajo aguas argentinas, los poteros chinos pueden llegan a extraer 300.000 toneladas anuales de calamar, además de que cuentan con docenas de navíos que tienen cámaras de refrigeración que almacenan lo extraído y luego transportan esa carga a muelles en la región (principalmente Montevideo). 

La situación es preocupante para un país como la Argentina, que si bien no depende pura y exclusivamente de la exportación de recursos marinos, podría explotar este sector aumentando los controles y abordando la pesca de calamar de una forma sostenible y productiva evitando la depredación extranjera con leyes que lo respalden.

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Redacción
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