A raíz de la difusión del “Informe de estimación de riesgo de amenazas” del Estado Mayor Conjunto de Chile (EMCO), donde se evidencia la posición del Estado vecino con respecto a Argentina, donde se alerta del despliegue militar en el Sur del país y la proyección Antártica, se puede evaluar que las hipótesis de conflicto regionales persisten en el tiempo.

En este contexto es importante preguntarse dónde se encuentra Argentina con respecto a la

región y los escenarios para el futuro en el marco de la seguridad, la integración y la cooperación en materia de Defensa.

Para esto, el equipo de Escenario Mundial tuvo el honor de intercambiar con Juan Battaleme*, donde reflexionó sobre las implicancias globales y regionales de Argentina y su proyección por fuera de sus fronteras en el ámbito de la seguridad estatal.

A continuación la entrevista completa:

Escenario Mundial: ¿Qué consideración tiene sobre los escenarios actuales en materia de seguridad internacional? ¿Cómo se encuentra la Argentina con relación a riesgos y amenazas?

Juan Battaleme: La respuesta es relativamente sencilla. La República Argentina tiene una suma importante de documentos, pero no tiene una capacidad efectiva de defensa en el plano internacional. Si se realiza una comparación sencilla con los vecinos o se plantea un escenario de conflicto donde una potencia extraregional decidiera afectar un interés estratégico del país, el margen de maniobra es muy limitado. Comparativamente, podríamos decir que somos Ucrania en 2014. Por suerte no tenemos una potencia revisionista cerca como Rusia. Inglaterra bien podría ser considerado un equivalente en el Atlántico Sur, pero ahí deberíamos entrar en las disquisiciones relacionadas con la defensa del status quo con relación a Malvinas y sus potenciales aspiraciones en la Antártida, donde viene trabajando de manera activa y en sociedad con Chile. 

Argentina tiene una suerte general de que está en un vecindario que, en el plano interestatal, por ahora, se mantiene tranquilo; que sus amenazas están ubicadas en un futuro que parece difuso. Argentina se encuentra en  un loop narrativo que va de la ausencia de hipótesis de conflicto a la hermandad latinoamericana, a la vecindad y al status quo territorial cuando, la realidad ya sobrepaso la narrativa perimida actual.  

Por ejemplo, sucede en materia de integridad territorial, como muestra Chile cuando enfrenta la amenaza de los mapuches, o la baja conectividad que nosotros tenemos entre el continente y la isla de Tierra del Fuego, y ni hablar del esfuerzo que hay que hacer para controlar nuestro espacio aéreo y poder desplegar capacidades que permitan disuadir de que penetren de forma no autorizada. Discutimos soberanía territorial en el Atlántico sur, pero apostamos a la desintegración territorial avalando grupos proto-insurgentes en el sur. Más allá de que no se en sí un tema de defensa, si hace a las consideraciones generales que tiene el país en cuanto a su integridad territorial y a la voluntad que tiene para defender con las herramientas que corresponde y el umbral de fuerza adecuados temas que hacen a la seguridad regional y al bienestar de los pobladores de un espacio específico.  

Con relación a nuestro espacio aéreo, el impasse estratégico que se había iniciado en los 90 y que se logró mantener durante mucho tiempo, la guerra de Ucrania y la perspectiva de la guerra con China y Estados Unidos, eventualmente por Taiwán en los próximos años, pone presiones en lugares donde antes no había presiones, por ejemplo la dinámica que se va dando en el indo pacífico tiene coletazos hacia el Atlántico Sur, como vemos cuando aparecen cada vez más observaciones sobre la presencia de unidades navales chinas en este espacio. El uso de la fuerza es un componente central del Estado en pos de defender sus intereses y de colaborar en la defensa de los intereses globales cuando se juzga adecuado. Las fuerzas militares son la cerradura del Estado, ya que establece quien sale y quien entra en el radar de los intereses que debe defender el país. En nuestro caso, la cerradura presente es muy débil y no hay perspectiva de que vayamos a presentar una mejor cerradura a futuro. 

EM: Para enfrentar esos riesgos, ¿Cómo debería trabajar la Argentina? ¿Qué cuestiones son necesarias abordar en la actualidad en materia de seguridad y defensa?

JB: Mis últimos escritos hacen referencia desde la parte de la política exterior, pero que se baja a la defensa, lo que se llama el compromiso selectivo, es decir, establecer de forma muy específica y concreta cuáles son los intereses vitales de la República Argentina y cuáles son los intereses deseables. En el plano económico, hablar y hacer negocios con todos. En el plano de seguridad, no alejarnos de Occidente, sobre todo porque existen condicionantes estructurales que no podemos escapar. No alejarnos de occidente implica tener la capacidad de desarrollar un esquema donde la cuestión de defensa vuelva a tener una dimensión propia en la dinámica externa y no estar subsumida a la política exterior. La mejor forma de garantizar nuestra posición en el Atlántico Sur es volver a formar parte decidida de la red de seguridad global occidental y de esa forma construir una capacidad de antiacceso y denegación de área en función de los intereses cooperativos que tenemos con la región. 

Es falso que no podamos romper con la cuestión de las sanciones del Reino Unido. Nosotros en los 90 pudimos relajar las sanciones y eso nos llevó a recibir un determinado tipo de equipamiento como los A-4AR y las nuevas versiones de los sidwinder. En 2018 pudimos plantear el levantamiento de las sanciones y estuvimos cerca de lograrlo, lo cual quedo trunco como consecuencia del cambio de administración y la desconfianza que se volvió a instalar entre Argentina y Reino Unido. Alemania bien podría ser un proveedor junto con Japón, Italia, Israel, Francia, Corea del Sur e inclusive Pakistán, pero aquello que no se puede hacer es seguir jugando a la producción nacional sin producción, y no destinando recursos para tener capacidades acordes a las necesidades, porque no es prioridad. 

En el horizonte aparecemos como una nación que sigue siendo disruptiva, desde el punto de vista occidental, y creemos que eso es positivo para el país, porque nos enfrentamos al imperialismo y al mismo tiempo hablamos de negociación, pero no ofrecemos nada con que negociar la negociación es a todo o nada y la base de Mount Pleasant no se va a mover por negociaciones y porque la huella inglesa y sus requerimientos futuros no se lo permiten. 

Si nosotros vamos a asumir que en el plano de la seguridad se nos va a tolerar la construcción de infraestructura militar que ponga en riesgo intereses vitales de Occidente, estimo que vamos a ir por el mal camino, así que es mejor empezar a trabajar en serio en una regla que nos permita a nosotros integrar activamente la dinámica occidental. Ejemplo de esto se produce en el ejercicio UNITAS; la Argentina no participa, por palabras del propio ministro de Defensa, por la participación de Gran Bretaña. Se escudan en temas de preocupaciones a la soberanía, pero en realidad el ejercicio se hizo igual y todas las naciones que son de ese arco occidental participaron. La argentina no cuida su soberanía nacional en el territorio, menos lo hace en el Atlántico Sur.

Argentina, con su ausencia, se perdió una oportunidad única, no solamente de entrenar con unidades navales y oficiales de primer nivel como son los de Brasil, Chile, Francia, Estados Unidos o Inglaterra, sino que reafirma su política de “capricho” y aislamiento en el plano internacional. Tenemos que revertir esas políticas, actuar mucho más inteligentemente, y el compromiso selectivo es lo que nos permite a nosotros ese tipo de acción.

EM: Teniendo en cuenta que la última Directiva de Política Nacional Argentina descarta las hipótesis de enfrentamiento con la región, ¿Qué comentario hace sobre la situación de la Argentina en vistas de qué tanto Chile como Brasil plantean en documentos oficiales la probabilidad de conflicto con los Estados que comparten frontera?

JB: La Directiva de Política Nacional enfoca bien el ámbito del Atlántico Sur, de la Antártida, pero que no genera los medios (tanto de corto como de largo plazo) para poder proteger los intereses de la República Argentina en ese espacio. La DPDN no es clara en el establecimiento de objetivos ni permite generar las capacidades acordes para enfrentar aquello que señalan como el problema. 

No tener hipótesis de conflictos es una quimera. Puede que nosotros consideremos que la Argentina no tiene hipótesis de conflicto con nadie, pero en simultáneo puede ser que otro tenga  hipótesis de conflicto con nosotros y, en consecuencia, el lenguaje que quienes están en defensa quieren invisibilizar se vuelve visible: Los conflictos existen, son parte de la política internacional, y no podemos seguir negando esa realidad. Para que la DPDN tenga algún sentido específico, es necesario volcar recursos que hoy no son insuficientes, pero se orientan mal. Seguimos tratando de producir un Pucará, aviones Pampa, cuando en realidad podríamos haber volcado nuestra industria aeronáutica a producir drones como tienen Turquía o Irán en la actualidad. Entonces tenemos un FONDEF que básicamente es una forma de subsidiar una industria que no es eficiente en términos de lo que la industria militar hoy exige, demanda y lleva a los países en la producción de seguridad. 

Los países siempre, tanto Brasil como Chile y Perú, velaron por sus objetivos y sus intereses estratégicos. Han tenido momentos de mayor claridad, momentos de menos claridad. También han tenido un proceso político distinto. Lo cierto es que la desatención, el rechazo que hay en general hacia la política de defensa (no de la sociedad, sino de parte de la elite gobernante) es consecuencia de lo que sucedió en la República Argentina en los años 70, y la guerra de Malvinas, esto es innegable y atados al pasado, la política de defensa no tiene futuro. 

Y porque la democracia y sobre todo los gobiernos democráticos en la República Argentina, una vez pasada la etapa de la transición democrática, cuando entramos en la consolidación, no volvieron a poner a las Fuerzas Armadas en valor la misión principal, y desde los 90’ en adelante siempre se priorizaron las misiones secundarias. Esto es evidente cuando uno mira que se habla de soberanía nacional, pero se utiliza el tren logístico de las fuerzas armadas para acciones comunitarias. No está mal, pero no es la función principal, para algo tenemos defensa civil o, por ejemplo, para apagar los incendios, son muy buenos, pero es desvirtuar la razón de ser de las fuerzas armadas. 

EM: ¿Qué comentarios puede hacerse sobre los leaks surgidos recientemente desde el Estado Mayor Conjunto chileno que consideran a la Argentina como un actor que enciende ciertas alarmas rojas en ese país?

JB: En realidad, es lógico que ellos planteen en general su mirada, es lógico también que Brasil y Chile la tengan. Tienen instrumentos e intereses militares como parte de la política que avalan esa posición, que tienen intereses divergentes con otras naciones, no solamente con la República Argentina, y tienen que protegerlos. La diferencia es que, en el caso de Chile, es claro, consistente, sin una línea política, trabaja codo a codo con los actores occidentales (sin por eso ser sumiso o sesgado en la vigilancia de sus intereses nacionales), pero tiene claro que tiene una relación estratégica con los Estados Unidos y Gran Bretaña. En Chile destinan plata a la defensa, plata en serio. Defienden a la soberanía de manera mucho más realista y efectiva que nosotros, y mantienen una política de buena vecindad, pero solo que se mantienen seguros, en el sentido de que disuaden con su postura estratégica defensiva. En ese sentido no me sorprende, los que venimos haciendo las cosas poco eficientes somos nosotros. 

*Juan Battaleme: es especialista en defensa y seguridad internacional, políticas en el campo digital y docente universitario. Es Licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Magíster en Relaciones Internacionales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y Magíster en Ciencias del Estado por la Universidad de la CEMA (UCEMA). Graduado de Singularity University, exdirector de la Maestria en Defensa Nacional, Becario Chevening y Fulbright. Actualmente, se desempeña como Secretario Académico del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

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Alejo Sanchez Piccat
Licenciado en Gobierno y Relaciones Internacionales UADE Maestrando en Defensa Nacional UNDEF Interesado en Seguridad Nuclear y Medio Oriente Contacto directo: asanchezpiccat@esceneariomundial.com

8 COMENTARIOS

  1. Leí toda la nota.. la verdad un obsecuente bárbaro . Según el hay q bajarce los lompas y que los europeos y usa hagan lo que quieran.. y por ahí si nos portarnos bien nos den el permiso de tener un caza de juguete . La verdad la embajada hace su trabajo bien con los vendepatria..

  2. A ESTE GOBIERNO NO LE INTERESA EL EA! NI POR CASUALIDAD EXISTE LA HIPÓTESIS DE CONFLICTO DE NINGUN TIPO! SOLO LES INTERESA QUE ESTUDIEN Y APUEBEN LA LEY MICAELA! UN CHISTE! UNA BURLA! ELLOS ESTAN PREPARANDOSE PARA UNA GUERRA SIEMPRE, PERO AHORA SIN BALAS, NI FUSILES, SOLO CON CAÑITAS VOLADORAS! CERO CERO INVERSION DE STOS POLITICOS, INFORMATE MAS POR FAVOR!

  3. EL PROBLEMA AQUÍ ES LA PUBLICACIÓN Y LA FALSEDAD DEL AMBICIOSO “NUEVO MAPA ARGENTINO” QUÉ DEJA CÓMO CENTRO DEL PAÍS A LA CIUDAD DE USHUAIA EN PLENA PANDEMIA EN FORMA UNILATERAL, CON LA ARGUSIA DE QUE UNA COMISIÓN CIENTIFICA DE LA ONU LES OTORGÓ CONOCIENDO DE ANTEMANO EL RECHAZO DE CHILE Y EL REINO UNIDO Y DE ÉSTOS RECHAZOS HACIENDO CASO OMISO Y OIDOS SORDOS. POR LO TANTO ACTUARON DE MALA FÉ SIN IMPORTARLES LAS CONSECUENCIAS ENGAÑANDO UNA VEZ MÁS A SU PROPIO PUEBLO.
    GRACIAS. ❤️???

  4. alejandro diaz toro, el mapa argentino fue avalado por chile con el silencio por mas de 10 años, reconocido por los propios analistas chilenos,lo que se denomina en derecho internacional stoppel o esa aceptar por el silencio, recien se quejaron en el 2021 cuando la presentacion del mapa fue en el 2009. a joderse.

  5. hasta el dia de la fecha lamentablemente argentina actua como una colonia. es un pais libre pero vive como si fuera una colonia.

  6. lo que dice Amilcar es la gusta sobre ese personaje trabaja para sus amos imperialista , degraciada mente en el pais abunda esa clase,,,,,

  7. Argentina es un botín de guerra que se disputan constantemente debido a la fragilidad de sus gobiernos cuya única seguridad es ofrecerse a un lado y a otro como si fuera una vulgar ramera. Lo que no le pudieron venderle a USA, se lo quieren vender a UE, o a Rusia, o a China…quién da más?

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