Uno de los estallidos más graves en la frontera de Gaza ocurrió durante este fin de semana pasado, cuando fuerzas israelíes atacaron objetivos palestinos con cohetes. Los enfrentamientos duraron tres días, aunque Israel y el grupo militante Yihad Islámico Palestino declararon una tregua el domingo por la noche que, negociada por Egipto, se estableció el domingo a las 23.30 horas.
Según funcionarios de Gaza, al menos 44 palestinos (entre ellos civiles y niños) habían sido asesinados. Los ataques con cohetes de Israel comenzaron el viernes como un accionar “preventivo” contra otro supuesto ataque de la Yihad Islámica, en venganza del arresto del líder del grupo, Basam al-Saadi. El grupo, en respuesta, disparó cientos de cohetes contra el sur de Israel.

La Yihad Islámica amplió su alcance de disparo el domingo, apuntando hacia Jerusalén en represalia del asesinato nocturno de su comandante en el sur de Gaza. Mientras tanto, Israel afirmó que la cúpula de hierro derribó los cohetes al oeste de la ciudad, mientras que otros “quedaron cortos” e impactaron en Gaza. Por su parte, Hamas afirmó que todas las muertes palestinas fueron causadas por los ataques israelíes.
Desde el otro lado del mundo, el presidente estadounidense Joe Biden dio la bienvenida a la tregua, y pidió una “investigación sobre las bajas civiles”, sin importar por qué bando fueron causadas.

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