El parlamento italiano inició el viernes un quinto intento de elegir un nuevo presidente, con los partidos de centro-derecha diciendo que tratarán de impulsar al presidente del Senado, Elisabetta Casellati, para el poderoso papel.
Ello supondría un desaire directo al centro-izquierda, tras días de conversaciones infructuosas sobre la necesidad de elegir a un candidato de consenso que pueda concitar un amplio apoyo interpartidista.
Si Casellati es elegida, podría provocar el colapso del gobierno multipartidista del primer ministro Mario Draghi.
El propio Draghi, aspirante a la jefatura del Estado, ha indicado que podría no estar dispuesto a continuar como primer ministro si su coalición de gobierno se divide por la elección presidencial. El Partido Democrático, de centro-izquierda, también ha dicho que se retirará del gobierno si no se le incluye en la elección del presidente.
Casellati pertenece al partido Forza Italia de Silvio Berlusconi, uno de los tres grupos que forman una alianza conservadora junto con la derechista Liga y Hermanos de Italia.
¿Ruptura en Italia?
Enrico Letta, líder del Partido Democrático de centro-izquierda, dijo el viernes que ya no se puede confiar en la derecha.
“Nos han tomado el pelo durante los últimos tres días”, dijo a los periodistas antes de una reunión de centro-izquierda en el Parlamento.
Ni los grupos de centro-derecha ni los de centro-izquierda propusieron ningún nombre para la votación del jueves -la cuarta de esta semana-, después de que varios partidos rechazaran una serie de posibles candidatos, abriendo el camino a un intenso malabarismo en los pasillos.
¿Qué sigue después?
Si la maniobra del centro-derecha fracasa el viernes, podría abrir el camino a un segundo mandato de Sergio Mattarella, aunque el presidente saliente, de 80 años, lo haya descartado hasta ahora.
Con los ánimos crispados después de cuatro días inconclusos, los representantes de los partidos decidieron el viernes que a partir de ahora habrá dos rondas de votación por día, en lugar de una, hasta que se elija un presidente.
Además de Draghi, Mattarella y Casellati, otros muchos candidatos son citados para el puesto, a menudo sólo para ser derribados por uno u otro bando en cuestión de horas.
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