No hubo sorpresas, en el cierre de las votaciones, a las 18:00 horas locales del domingo, el presidente nicaragüense Daniel Ortega esperaba la confirmación de su reelección, tras una baja participación en los comicios, en los que todos los probables opositores estaban encarcelados o en el exilio, se informó desde Managua.

Ortega consiguió así su cuarto mandato consecutivo tras 14 años en el poder, sin una verdadera competencia, con siete candidatos de la oposición detenidos. Ortega, que cumplirá 76 años el jueves, fue acompañado una vez más por su esposa Rosario Murillo (70) para la vicepresidencia en nombre del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). El ex guerrillero sandinista también gobernó en la década de los 80 tras derrocar a Anastasio Somoza en 1979.

En Managua, Ortega, que llegó al poder en 2007, equiparó a sus opositores con el terrorismo y dijo que eran “demonios” que no querían la paz ni la tranquilidad en Nicaragua y optaban por la violencia. El régimen sandinista ha reprimido las protestas, que Ortega considera un intento fallido de golpe de Estado. 

Ortega dijo que sus rivales encarcelados eran conspiradores. “Estaban conspirando, no querían que se celebraran estas elecciones, por lo tanto estas elecciones son, gracias a Dios, una señal, un compromiso de la inmensa mayoría de los nicaragüenses de votar por la paz”, argumentó Ortega.

Infobae

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, ha calificado las elecciones de “pantomima”.

“La elección que el presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, orquestaron hoy fue una elección de pantomima que no fue ni libre ni justa, y ciertamente no democrática”, dijo Biden a través de un comunicado.

El camino para la reelección de Ortega se allanó cuando siete posibles candidatos de la oposición que suponían una amenaza electoral para el líder fueron detenidos o se exiliaron por motivos de seguridad.

Después de emitir su voto junto a Murillo Ortega habló en una cadena de radio y televisión criticando a los opositores tanto encarcelados como en el exilio y también a los que están detrás de las protestas de abril de 2018 contra él. “Estamos celebrando estas elecciones, y estamos seguros que en esta batalla, que es una batalla histórica, donde debemos decidir sobre el terrorismo, la confrontación, la guerra o la paz”, dijo Ortega.

El presidente ofreció sus declaraciones en medio de la jornada electoral, que ha transcurrido en calma y con un bajo número de votantes, en contraste con las previsiones del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que auguraba una votación masiva.

Los grupos opositores instaron a los nicaragüenses a no votar, para que no se legitime la victoria de Ortega. Bajo los hashtags #YoNoBotoMiVoto, #YoNoVoto o #NicaraguaNoVota, porque “no hay por quién votar”. Los nicaragüenses exiliados en Costa Rica protestaron en las principales calles de San José contra el “fraude” y el “circo” electoral orquestado por Ortega. Grupos opositores nicaragüenses se reunieron en Madrid, Miami, Panamá y Washington para repudiar las elecciones y pedir al mundo que no reconozca los resultados electorales en Nicaragua, por considerar que el proceso fue sólo una farsa para reelegir a Ortega. Con pancartas y consignas como “No tenemos por quién votar, todos están presos”, “SOS Nicaragua”, “Viva Nicaragua libre”, “Ortega escucha, seguimos en la lucha”, “No voy a votar el 7 de noviembre” los manifestantes llenaron las calles de otras ciudades del exterior.

José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch (HRW), escribió en Twitter que “Ortega asumirá su cuarto mandato consecutivo por la represión, la censura y el miedo.”

“Hoy el mundo entero será testigo de la coronación de la dictadura en Nicaragua. La farsa electoral está en marcha”: elecciones “sin más candidatos que los del régimen”; elecciones “con toda la oposición en la cárcel y con los soldados en la calle”, escribió en Twitter el ex presidente costarricense Luis Guillermo Solís, quien destacó que el proceso electoral nicaragüense “se burla de los métodos e instrumentos de la democracia, manipulándolos”, y con ello, “el régimen desafía socarronamente a la comunidad internacional, sintiéndose protegido por naciones que comparten su desprecio por la libertad y los derechos humanos.”

Estados Unidos, Canadá y la UE han advertido de la posibilidad de imponer sanciones tras las elecciones nicaragüenses. Biden también advirtió que Estados Unidos utilizará “todas las herramientas diplomáticas y económicas” disponibles para apoyar al pueblo nicaragüense y exigir responsabilidades al régimen sandinista. Biden también dijo que Ortega y Murillo estaban gobernando Nicaragua como autócratas y que “no eran diferentes de la familia Somoza que Ortega y los sandinistas combatieron hace cuatro décadas.”

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

3 COMENTARIOS

  1. Ortega sintió el sabor del poder y ahora no quiere soltarlo, ejemplo de lo que representa el camino a las dictaduras, en Cuba, en Venezuela, en Bolivia y, en un futuro no muy lejano, en Argentina. Sudamerica se transforma en una gran república bananera

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