El pasado lunes se aprobó en el Senado chileno el proyecto de ley para aplazar las elecciones de constituyentes, alcaldes, gobernadores y concejales. Estas debían tener lugar el 10 y 11 de abril, según lo establecido por el calendario electoral.

La decisión se produce luego de que el presidente, Sebastián Piñera, considerase que el empeoramiento de situación sanitaria devenga en la necesidad de tomar medidas adicionales de prevención. El primer mandatario chile presentó, entonces, un proyecto de reforma constitucional para que los comicios se realicen el 15 y 16 de mayo.

Hay que considerar que, en octubre pasado, la ciudadanía chilena votó a favor de reescribir la constitución, en vigor desde la dictadura de Augusto Pinochet. Ello produce la convergencia de una trascendental demanda del malestar social arrastrado desde el estallido de octubre de 2019. 

Luego de una intensa discusión, con una votación de 40 a favor y dos abstenciones la propuesta recibió el visto bueno de los senadores para postergar las elecciones. La decisión retrasa, además, la segunda vuelta de los comicios de gobernadores al 13 de junio y las primarias presidenciales para el 18 de julio.

Sin embargo, al sentar algunos cambios en el texto original, el proyecto de ley regresó a la Cámara Baja, que aprobó parte de las modificaciones hechas en el Senado. Con el resultado obtenido, el proyecto tendrá derivación a una comisión mixta, instancia que deberá conformarse con el objeto de zanjar las discrepancias surgidas entre ambas ramas del Congreso Nacional.

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