Tal como lo prevén sus calendarios electorales, Israel y Palestina irán próximamente a las urnas, el primero en medio de fracturas políticas y el segundo, en un clima donde el escepticismo será el protagonista. 

La primavera será, tanto para Israel como para Palestina, un escenario decisivo para el devenir de sus respectivos gobiernos y de las tensiones en la región.

Por un lado, la nación israelí acudirá a las urnas por cuarta vez en menos de dos años y será el próximo 23 de marzo. Por el otro, el presidente palestino, Mahmud  Abbas, firmó un decreto que sienta el cronograma para llevar adelante elecciones legislativas y presidenciales, luego de 14 años sin comicios. 

El agrietamiento israelí

A menos de un año de que, la coalición asumiera en una declaración de unidad  nacional para enfrentar la pandemia, las fricciones entre el partido del PM, liderado por Benjamin Netanyahu, y el centrista, Benny Gantz, no lograron un acuerdo sobre el presupuesto antes de la fecha límite, por lo que el Parlamento se disolvió. Ello  dio paso a una serie de luchas internas y el actual PM tendrá que afrontar una campaña que estará marcada por las críticas a cómo gestionó la pandemia y sus causas judiciales en los tribunales.

Todos los problemas derivados de la crisis electoral y el manejo sanitario en Israel han provocado un hecho inaudito en el país: por primera vez, al Likud, el partido hegemónico de la derecha que preside Netanyahu, ha sufrido una fractura política que podría transformarse en una futura victoria electoral. Este hecho llevó a que el exministro y diputado, Gideon Saar, abandonara el partido para crear uno propio, Tikvá Hadashá (Nueva Esperanza), con la que planea disputar la hegemonía conservadora. 

Auspicioso proceso electoral en Palestina 

Las próximas elecciones en Palestina son un paso importante en el camino democrático para aplazar las divisiones y rispideces que experimenta hace años. No obstante, también podría ser visto como una respuesta a las demandas internacionales, más que como una respuesta a las necesidades internas palestinas.

Situándonos en contexto, hay que saber que los grupos palestinos Hamas y Fatah han estado enfrentados desde que Hamas le arrebató la Franja de Gaza a su rival en 2007. No obstante, en septiembre se reunieron en Turquía y acordaron celebrar elecciones. 

Asimismo, el 31 de diciembre el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, envió a Abbas una carta oficial sobre el fin de la división palestina y la celebración de comicios en todo el país. El presidente palestino recibió con beneplácito el mensaje de Hamas y afirmó que se había comunicado con el presidente de la Comisión Electoral, Hanna Nassir.

Como puede advertirse, el próximo escenario electoral en ambos países resultará clave tanto a nivel nacional como internacional, ya que Palestina viene marcada hace 14 años por una fractura política, que pareciera no poder revertirse e Israel, un país que no encontró salida ni soluciones, más allá de ir tres veces a las urnas y en donde, ahora el principal candidato opositor buscará revancha.

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