Por Victoria Enriquez de Politólogos al Whisky

La disputa soberana argentina por su territorio en la Antártida, actualmente congelada por la vigencia del Tratado Antártico, es de larga data. Argentina reclama para sí los territorios comprendidos entre el meridiano de 74º longitud oeste, el de 25° longitud oeste y el Polo Sur. Sin embargo, este territorio se superpone con los reclamos soberanos de Chile (en parte) y de Reino Unido (en su totalidad). A continuación se analizará la presencia que ha sostenido tanto Argentina como Reino Unido históricamente en el continente antártico y los fundamentos de sus respectivos reclamos.

Cabe mencionar, en primer lugar, que la entrada en vigencia en 1961 del Tratado Antártico (firmado por Argentina, Nueva Zelandia, Australia, Noruega, Bélgica, Sudáfrica, Rusia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos con el fin de garantizar el uso exclusivamente pacífico del continente antártico) le dio un freno a cualquier futura disputa soberana en el territorio. Esto significa que, a partir de su entrada en vigencia, sólo los países que tenían reclamos soberanos con anterioridad podían mantenerlos tal y como estaban (sin la obligación de renunciar a tales derechos) y ningún nuevo actor podía hacer nuevos reclamos. Es así como la disputa soberana entre los 7 países que claman para sí algún área geográfica de la Antártida se encuentra “en pausa”.

Por parte de Reino Unido, su presencia data del año 1774, cuando por primera vez el capitán Cook navegó alrededor del continente. Sin embargo, los movimientos para efectivizar dicha presencia comenzaron a fortalecerse en los siglos XIX y XX, siendo la Expedición Ross (1839-1845) a manos de James Clark Ross y la Expedición Discovery (1901-1904) a manos de Robert Falcon Scott las más importantes.

A través de las Patentes Reales de 1908 y 1917, Reino Unido incorpora las islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur y una porción del continente antártico (Graham`s Land) a su administración (Pintore y Llorens, 2012); pero no bajo el control de Londres sino bajo el de las Islas Malvinas, por lo que pasaron a ser Dependencias de las Islas Malvinas (FIDs, por sus siglas en inglés).

En 1943, con la intención de garantizar la defensa de los territorios del sur durante la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido lanzó la Operación Tabarin, dirigida por James Marr. Siendo una expedición muy pequeña, sentó las bases para el establecimiento de las primeras estaciones inglesas ocupadas permanentemente en la Antártida, que luego fueron ampliadas.

Con estos antecedentes, los fundamentos ingleses para reclamar el territorio del continente antártico comprendido entre los meridianos de 80° y 20° de longitud oeste y el Polo Sur se basan en las primeras expediciones en donde fueron “descubriendo” porciones del continente, la presencia ininterrumpida que han mantenido en la Antártida desde 1943, el haber convertido esos territorios en una dependencia de las Islas Malvinas bajo su administración y el uso científico que hacen de sus estaciones allí presentes.

Para evitar ambigüedades respecto a la disputa de soberanía que mantienen Reino Unido y Argentina por las Islas Malvinas, el status de estas tierras fue cambiado y se constituyó el Territorio Antártico Británico (BAT, por sus siglas en inglés) dependiente directamente de Londres, allí administrado y separado de las Islas.

Por el lado argentino, la presencia en la Antártida data de 1818, por parte de foqueros matriculados en el puerto de Buenos Aires que se dedicaban a la caza de animales pilíferos en las islas Shetland (Fernández, 2012).

Ya en 1904, el presidente Julio Argentino Roca decretó el establecimiento del observatorio meteorológico en las islas Orcadas, donde Argentina comenzó su presencia ininterrumpida en el continente (que fue exclusiva por 40 años). A partir de allí, las actividades en la Antártida involucraron investigaciones científicas de distinto tipo y hasta se promovió el turismo en la región.

Hoy en día, Argentina posee 13 bases en la Antártida (6 permanentes y 7 temporarias) y administra una serie de refugios que sirven de resguardo y apoyo para los trabajos de campo de expediciones que operan alejadas de las bases (Argüello, 2019).

Con estos antecedentes, Argentina fundamenta sus derechos soberanos en el continente antártico en base a 4 cuestiones principales:

En primer lugar, basándose en la teoría de los sectores, Argentina proyecta los meridianos de los puntos extremos este y oeste del territorio nacional hasta el Polo Sur como límites orientales y occidentales del espacio reclamado (Pintore y Llorens, 2012). Así establece su territorio entre el meridiano de 74º longitud oeste (que se corresponde con su extremo occidental dado por el cordón Mariano Moreno) y los 25º longitud oeste (que se corresponde con el extremo este de las Islas Sandwich del Sur).

En segundo lugar, el principio de contigüidad. Este establece que los territorios contiguos al territorio de un Estado y que no pertenecen a ningún otro, deben pertenecer al territorio del  Estado más próximo. Así, el derecho del ocupante (en este caso Argentina) se extiende a aquellas tierras que se encuentran vinculadas geográficamente en forma natural a la región ocupada, por cuestiones económicas y de seguridad (Pintore y Llorens, 2012).

En tercer lugar, el principio de continuidad o unidad geográfica. Argentina sostiene que los territorios que reclama son una prolongación de su territorio. Según Pintore y Llorens:

“Esto ocurre a través del Arco Antillano Austral o Antillas del Sur que está unido a la Península Antártica como prolongación de la Cordillera de los Andes a través de la isla de los Estados, el Banco Namuncurá, la Roca Negra, los Islotes Cormorán, las Islas Georgias, Sandwich, Orcadas y Shetland del sur emergiendo desde allí hasta la Península Antártica” (2012).

Por último, Argentina sostiene su reclamo territorial a partir del  el principio de uti possidetis iuris. Según este, cuando un Estado se emancipa, adquiere los límites administrativos que poseía cuando aún era una colonia. De este modo, en 1810 Argentina adquirió los derechos territoriales que poseía España sobre los mares y tierras del sur establecidos en distintos tratados como las Bulas Alejandrinas de 1493 o el Tratado de Tordesillas de 1494 (Pintore y Llorens, 2012).

Como se puede ver, los argumentos Argentinos son sólidos. Además, de verse resuelta en un futuro la cuestión Malvinas de manera favorable para Argentina, estos fundamentos serían incluso más fuertes. Por otro lado, que Reino Unido haya sostenido sus derechos soberanos sobre la Antártida convirtiendo al territorio en una dependencia de las Islas Malvinas debilita sus argumentos, dado que la autoridad encargada de controlar estos territorios era ilegítima (desde la ocupación en 1833).

Si bien todas estas disputas se encuentran congeladas dentro del paraguas del Tratado Antártico, es posible que a futuro el mismo sea revisado partiendo del carácter incierto y volátil del sistema internacional. ¿Qué se podría esperar de dicha revisión? ¿Podrían descongelarse las disputas soberanas? ¿Podría Argentina hacer valer sus intereses soberanos? La escasez de recursos naturales a nivel mundial a la par de las grandes riquezas que posee la Antártida (petróleo, minerales, metales, agua dulce, cielos abiertos y grandes poblaciones de peces y krill), ¿motivarían a la autorización de algún tipo de explotación de los recursos antárticos? En un futuro no tan lejano, ¿podría dejar de ser la Antártida un territorio neutralizado?

Referencias bibliográficas:

Fernández, E. (2012). La Cuestión del Atlántico Sur y la Antártida. Congreso Internacional de Geografía. Recuperado de: http://www.gaea.org.ar/AtlanticoSur_Antartida.pdf

Pintore, E. y Llorens, M. (2012). La Cuestión Malvinas y la cuestión Antártida: vinculaciones jurídicas y estratégicas. Malvinas en la Universidad: concurso de ensayos 2012. Recuperado de: https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/70862/CONICET_Digital_Nro.3a0dd2c3-e189-4e5e-b1d3-30eaf2dd4ab0_A.pdf?sequence=2&isAllowed=y

Las opiniones y conclusiones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Escenario Mundial.

3 COMENTARIOS

  1. En un principio, el único país más austral en el mundo, con presencia directa sobre el Atlántico sur, era Argentina. El hecho de que UK defienda con tanto esmero el control de las Malvinas viene precisamente por mantener la presencia sobre el Atlántico, como lo hace con el Peñón de Gibraltar sobre el acceso al Mediterráneo, es poco el interés sobre las riquezas que puedan ofrecer esos territorios, la clave es el control Antártico para seguir reclamando derechos que jamás le correspondieron. Atención, los Británicos no son los únicos hoy día.

  2. La proyeccion antartica de las Islas Nueva, Lenox y Picton, ahora territorio chileno, en cuanto afecta a los reclamos argentinos porque queda cortada la continuidad de nuestro territorio.???

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