Las elecciones generales en Bolivia del próximo domingo se darán en el peor escenario económico en décadas, marcado por el desplome de la actividad, el cierre de empresas y una ola de despidos exacerbada por la pandemia del coronavirus.
El Producto Interno Bruto (PIB) cayó a -11,1% en el segundo trimestre y el saldo comercial exterior de agosto se situó en -30 millones de dólares.


Los sectores más golpeados por la crisis son la minería, la construcción y los servicios de recreación y alimentos.
El Covid-19 profundizó la ya difícil situación que atravesaba desde la anulación por supuesto fraude de los comicios de octubre de 2019, que derivó en la renuncia forzada del entonces presidente Evo Morales y en la formación de un Gobierno de facto, a cargo de Jeanine Áñez.


En la lucha por la presidencia de Bolivia participarán Luis Arce, candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS); Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana; Luis Fernando Camacho, de Creemos; y Chi Hyun Chung, del Frente para la Victoria (FPV).


Los candidatos Carlos Mesa y Luis Arce tienen casi el mismo porcentaje de intención de voto, según las últimas encuestas. Ambos rondan el 27% ninguno de los candidatos tiene la victoria asegurada en primera vuelta, y se enfrentarían en una segunda vuelta.

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