El país ex soviético ha sido centro de atención de los medios a raíz de la crisis institucional que estalló luego de las elecciones.

Kirguistán, un país que no muchas personas han escuchado nombrar, ha llegado a los diarios del mundo como consecuencia de la crisis institucional causada por los resultados de las elecciones parlamentarias del pasado 4 de octubre.

Se suma a Belarús, también perteneciente al espacio ex soviético, pero con resultados diferentes. Pero para poder abordar las cuestiones que están detrás de esta crisis, primero debemos preguntarnos: ¿dónde queda Kirguistán?

En el corazón de Asia

La República Kirguisa se encuentra ubicada en Asia central, en el corazón del continente. Ocupa casi 200.000 km2, similar a lo que en Argentina abarca la Provincia de Río Negro. Comparte fronteras con China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, no posee salidas al mar y la mayoría de su territorio se encuentra a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Es independiente desde 1991, cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas colapsó. Se constituyó como una república parlamentaria unitaria, divida en siete provincias con capital en Bishkek.




Fuente RFI


En este pequeño país conviven diferentes grupos étnicos en los que se destacan los kirguises, de raíces túrquicas, los uzbecos, los rusos y los ucranianos. A pesar de esto y como herencia soviética, el ruso es idioma oficial junto a la lengua kirguisa que utiliza el alfabeto cirílico modificado, aunque como suele suceder en las repúblicas ex soviéticas, el ruso es el más hablado en las capitales y grandes centros urbanos.

Comparte un fragmento de la historia imperial rusa ya que esta región solía formar parte del Imperio Ruso desde finales del siglo XIX. Como se venia mencionando, este territorio también formó parte de la URSS desde 1918, un año después de la famosa Revolución de Octubre. Para el año 1924 se lo reconoce como un oblast autónomo dentro de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia y un año más tarde adquiría el status de República Autónoma, aún dentro de la RSFS de Rusia. No sería hasta 1936 que pasaría a tener el rango de República constitutiva de la URSS.

Kirguistán post soviética, entre protestas y referéndums  

Luego de independizarse de la Unión Soviética, este joven país ha visto varias revoluciones. En 2005 sucedió lo que se conoce como Revolución de los Tulipanes. Se enmarca dentro de las Revoluciones de Colores que sucedieron en el espacio ex soviético, entre los años 2000 a 2005. Nace como consecuencia de las elecciones fraudulentas y la corrupción, su objetivo era el fin del gobierno de Askar Akayev quien había ocupado el puesto de presidente desde el momento de la independencia del país en 1991.

Con la caída de Akayev, y del nombramiento de un presidente interino inconstitucionalmente, es electo Kurmanbek Bakiev con promesas de democratizar al país y aumentar el accountability de las instituciones gubernamentales. Sin embargo, la situación económica de Kirguistán se deterioró de manera considerable durante su gestión. Hubo aumentos en los niveles de pobreza, corrupción y desempleo lo que fomentó a la inestabilidad política.

En 2009 se presentó a reelección y en dichos comicios el principal líder opositor Almazbek Atambayev acusó que los resultados de las elecciones eran ilegítimos. Bakiev había ganado con el 76% de los votos.

Protestas en Bishkek, 2010. Fuente VYACHESLAV OSELEDKO/AFP/Getty Images

En el mes de abril de 2010 comenzaron las protestas en contra del gobierno en las principales ciudades del país. Se nombró a un gobierno interino a cargo de Rosa Otunbaeva, legitimada con la renuncia de Bakiev el 15 de abril. Se acordó la celebración de un referéndum constitucional el 27 de junio de ese año. El objetivo del mismo era pasar a un sistema parlamentario en vez del semi presidencialista. El jefe de Estado, a cargo del ejecutivo, tendría una duración de 6 años sin posibilidad de reelección, se instauró un Consejo Supremo de Kirguistán, encargado del Poder Legislativo, de carácter unicameral con 120 escaños y ningún partido podría ostentar más de 65 bancas, para evitar mayorías absolutas.

En las boletas del referéndum la pregunta era “Democracia, ¿sí o no?”. El “sí” logro el 91% de los votos.

En las elecciones presidenciales de 2011 accedió al poder Almazbek Atambayev, quien había ejercido como primer ministro desde diciembre de 2010. El clima político no era ideal, el poder legislativo se encontraba altamente fragmentado luego de las primeras elecciones legislativas tras el referéndum, llevadas a cabo en 2010. La popularidad del gobierno comenzó a caer debido a diversas leyes que atentaban contra la libertad de prensa.

En 2016 se llevó a cabo otro referéndum, esta vez con la intención de aumentar los poderes del Primer Ministro. Consiguió la aprobación con el 80% de los votos, pero con una participación no superior al 42% y acusaciones de compra de votos. Un año mas tarde, en 2017, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales donde el candidato oficialista Sooronbay Jeenbekov ganó los comicios con el 54,3%.

En 2019 se llevó a cabo la detención y aprisionamiento del ex presidente Atambayev tras acusaciones de liberar al líder de un grupo de crimen organizado. Fue condenado a 11 años de prisión.

4 de octubre de 2020

Las elecciones parlamentarias se llevaron a cabo el 4 de octubre de 2020 para renovar los miembros del Consejo Supremo, órgano legislativo de Kirguistán.

Según los resultados, solo cuatro de los partidos entraban al Parlamento al haber pasado el umbral del 7%. El Social demócrata, Mi Patria Kirguistán, Partido de Kirguistán y Kirguistán Unido, todos cercanos al presidente. El resto de los partidos de la oposición acusaron que el proceso había sido fraudulento ya que se habían comprado votos y anunciaban que no iban a reconocer el resultado.

El lunes, un día después de los comicios, comenzaron las protestas en Bishkek. Algunos manifestantes intentaron tomar la sede del parlamento, mientras que la policía utilizaba cañones de agua y gases para dispersar las manifestaciones.

Tras las movilizaciones renunciaron el Primer Ministro, el presidente del Parlamento y otros funcionarios. Además, fue liberado el ex presidente Atambayev luego de que los manifestantes ingresaran al Comité Nacional de Seguridad, así como a un ex primer ministro que había sido acusado de corrupción.

La Comisión Central Electoral anunció que los resultados de las elecciones eran considerados inválidos. El presidente Jeenbekov por su parte sostuvo que está dispuesto a presentar su renuncia en pos de la solución de la crisis política, siempre y cuando se haya establecido un nuevo Gobierno y se haya aprobado a un nuevo Primer Ministro. Sin embargo, no está claro quién podría asumir en reemplazo de Jeenbekov.

Protestantes en Bishkek, 2020. Fuente Reuters

El presidente declaró el estado de emergencia en la capital con despliegue del ejército, lo cual estará en vigor hasta el 21 de octubre. 

China y Rusia han manifestado su preocupación con la situación. Ambos Estados comparten buenas relaciones con Kirguistán, quien forma parte de la Unión Económica Euroasiática, de la Comunidad de Estados Independientes y de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Si bien este país no posee la misma cantidad de recursos que sus pares en la región, tiene grandes reservas de agua y oro, donde la firma canadiense Centerra Gold tiene una gran mina. A su vez, posee una base área rusa en la ciudad de Kant, a 30 kilómetros de la capital.

Otro de los efectos que hacen que la situación sea aun mas delicada es la cuestión del coronavirus. Ya hemos oído más que suficiente sobre la pandemia que azota al globo, sin embargo, poco se ha escuchado sobre como afecto a Kirguistán. En un país de 5 millones y medio de habitantes, alrededor de 50 mil casos han sido reportados y 1.500 muertes, los manifestantes sostienen que el gobierno ha sido ineficiente en el manejo de la pandemia.

Se estima que el PBI de Kirguistán caerá aproximadamente 9,5% según el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo. Estas no son buenas noticias para la ya golpeada economía. Alrededor de 600.000 de kirguises viajan a Rusia para poder trabajar y enviar dinero a sus familias. Por otra parte, las empresas son altamente dependientes de los suministros provenientes de China, cuyo comercio se ha visto afectado por la pandemia.

Todas estas causas han propiciado el caldo de cultivo para el desastre actual.

Foto de portada: AFP

Melina Torús
Licenciada en Gobierno y Relaciones Internacionales, Maestranda en Estrategia y Geopolítica, Coordinadora del Observatorio de Seguridad y Defensa del Centro de Estudios de Política Internacional de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Comité Ejecutivo del Grupo de Jóvenes Investigadores del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata

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