Tras dos días de intenso combate, siguen los choques entre las fuerzas armadas de ambos países y la región está en vilo ¿Como se debe abordar el caso?

Este domingo Armenia y Azerbaiyán se cruzaron en el frente de batalla, consolidando una vez más una rivalidad arrastrada desde hace ya casi un siglo. El frío aplicado bajo el dominio de la URSS quedó atrás, y desde la independencia de ambos países, la tensión nunca se pudo resolver. A lo largo del último año hubo distintas escaramuzas entre militares de ambos estados, pero en estos últimos días el conflicto escaló de manera tal que ya es considerado un “principio de guerra”.

Debemos tener presente que ambas partes del conflicto remontan tradiciones opuestas, y representan dos modelos societarios completamente diversos, por ejemplo la religión apostólica armenia y es islamismo azerí. Aunque podemos señalar a la religión como un factor influyente, quizás hoy no sea del todo determinante. En todo caso, eso está por verse.

En sí, podemos encontrar las raíces de la rivalidad en los siglos XIX y XX, período en el cual las naciones y fronteras que hoy conocemos empezaron a tomar forma. Armenia, rodeada de gigantes como los imperios ruso y otomano, se vio constantemente violentada, particionada y fundamentalmente amenazada por la importancia geopolítica que refiere el Cáucaso.

A principios de 1900 una Armenia en proceso de formación (apoyada por Rusia) contra una joven República Democrática de Azerbaiyán (secundada por Turquía), se enfrentaron en una guerra intensa. Desde ese momento la rivalidad se volvió acérrima, y desafortunadamente, la geopolítica soviética terminó por absorber a las dos beligerantes como Repúblicas Soviéticas, sentando un frío intenso sobre el conflicto. Durante el período en que la URSS se mantuvo, tanto armenios como azeríes no pudieron hacer más que guardar resentimiento entre sí.

Luego de la caída de la Unión Soviética sucedió lo inevitable: la guerra del Alto Karabaj (1988-1994). Este enfrentamiento es clave para entender lo que sucede hoy en la región. Está guerra se dió por el dominio de la región de Nagorno-Karabaj, que se encuentra dentro del territorio azerí pero tiene una abrumadora mayoría de habitantes armenios. Estos habitantes luego de la escisión de la Unión Soviética, buscaron independizarse de Azerbaiyán y anexionarse a Armenia. El resultado fue una victoria parcial de las fuerzas armenias, que al día de hoy sostuvieron un dominio efectivo sobre la región en disputa.

Hoy el enfrentamiento es por la misma región. Azerbaiyán pretende que las “fuerzas de ocupación” que mantiene Armenia, deben retirarse, y Armenia pretende una anexión efectiva del territorio.

El conflicto hoy

Hace dos días que comenzaron los intercambios entre ambas fuerzas, y las bajas ya se acumulan para los dos contrincantes. Quizás no debemos darle una importancia sobredimensionada a quien inició el conflicto, porque la situación que se vivió hasta hace dos días fue muy tensa. Ambos países manejaron hipótesis de conflicto y una vía pacífica no parecía efectiva ante tal intensidad.

Hasta el mediodía del lunes se registraron un total de 67 víctimas fatales (en mayoría armenia), de las cuales 9 son civiles (7 azeríes y 2 armenias). El Ministro de Defensa armenio afirmó también la destrucción y p+erdida de 22 vehículos blindados, 15 antiaéreos, 18 drones y 8 piezas de artillería. Por parte del Ejército de Azerbaiyán se contabilizan también numerosas bajas de vehículos blindados y antiaéreos.

Este lunes las fuerzas azeríes comenzaron un despliegue con una avanzada de tanques que pretende flanquear la capital del Karabaj, Stepanakert, aunque desde el gobierno armenio señalan que el avance fue efectivamente detenido.

El enfrentamiento se sigue desarrollando a una escala cada vez mayor y apunta hacia una guerra total. El armamento que se está utilizando es pesado y la artillería juega un rol central, así como también el uso de drones. Por último, el PM armenio, Nikol Pashinian, acusó a Turquía de enviar milicias Sirias para apoyar a Azerbaiyan.

Las claves

Las partes involucradas tienen el respaldo de dos actores importantes. Armenia de Rusia y Azerbaiyán de Turquía, además, el Consejo Turquico al cual pertenecen países de la región como Kazakhstan, Uzbekistan, Kirguistan , instó a Armenia a una retirada incondicional e inmediata.

Armenia no cuenta con una Fuerza Aérea altamente equipada, y depende principalmente del apoyo que pueda brindar la VVS (su par rusa).

Los ojos también están puestos sobre el armamento militar utilizado y su rendimiento. Hasta ahora se puede rescatar que los drones llegaron para quedarse, y por otro lado, las defensas antiaéreas demuestran su vital importancia, otra vez.

De todos modos los acontecimientos aún se están desarrollando, y esto puede ser simplemente el comienzo. Estamos ante una situación en la cual ambas partes están determinadas a combatir, y aunque la presión internacional sea consistente en instar a las partes a una resolución pacífica, no parece haber una hipótesis de paz. Los ojos de oriente y occidente estarán posados en el Cáucaso en un conflicto que, de tomar todos los caminos incorrectos, podría significar una nueva desestabilización para la región.

Francisco Oyuela
Estudiante avanzado de Relaciones Internacionales, UCA. Miembro investigador del Comité de Geopolítica en el think-tank Estela Sur. Instagram: @franoyuela Twitter: @franoyuela

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