Russian President Vladimir Putin (C) and Belarusian President Alexander Lukashenko (L) walk during their meeting in the Black sea resort of Sochi, on February 7, 2020. (Photo by Alexander Zemlianichenko / POOL / AFP)

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, volará a Sochi el lunes para reunirse con su homólogo ruso Vladimir Putin.

Se produce después del sexto fin de semana consecutivo de disturbios en Bielorrusia, con miles de manifestantes exigiendo la renuncia de Lukashenko en Minsk, en medio de acusaciones de fraude electoral y cientos de detenciones.

El líder bielorruso ha dado a entender en una entrevista la semana pasada que si las protestas actuales en Bielorrusia logran un “éxito” en la desestabilización del poder político, Rusia “vendrá después” , mientras que el propio Putin previamente afirmó que estaría listo para desplegar fuerzas a Bielorrusia para evitar una situació “fuera de control” .

Según Katsiaryna Shmatsina, analista política del Instituto Bielorruso de Estudios Estratégicos, Putin es consciente de que los disturbios actuales en Bielorrusia podrían tener un efecto dominó en Rusia.

“El propio Putin comprende que […] Bielorrusia podría ser un ejemplo de éxito contra el liderazgo autoritario”, dijo Shmatsina a Good Morning Europe de Euronews.

Sin embargo, eso no sería suficiente para garantizar la eficacia de una intervención rusa, explicó.

“Rusia no tiene tanto apoyo dentro de la sociedad bielorrusa, en términos de integración o algún tipo de anexión a Rusia”.

“En este momento en que la sociedad bielorrusa está teniendo este gran impulso de potencial de protesta, si Putin interfiere de una manera agresiva, se encontrará con un gran problema”.

Sin embargo, Putin está preparado, según Shmatsina, para aprovechar la oportunidad de esta reunión para capitalizar el malestar político de Bielorrusia y mantener a Bielorrusia “en su órbita por intereses geopolíticos”.

Redacción
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