Paraguay condenó los ejercicios militares “de gran escala y a fuego real” anunciados por China en las cercanías de la isla de Taiwán y advirtió que se trata de acciones que “amenazan gravemente la estabilidad y la paz” del Indo-Pacífico. El pronunciamiento se produjo mientras el EPL desplegaba maniobras alrededor de la isla, con ventanas horarias y áreas de exclusión para navegación y operaciones aéreas.

La reacción paraguaya fue publicada por el Ministerio de Relaciones Exteriores en redes sociales, donde además reafirmó su “solidaridad con el pueblo y gobierno de Taiwán”. Del lado chino, los ejercicios fueron presentados por el Comando del Teatro Oriental como un entrenamiento conjunto orientado a patrullas mar-aire, obtención de superioridad integral y bloqueo de áreas clave. Lo confirmado hasta ahora es el despliegue y las restricciones anunciadas; la lectura política depende de cómo evolucione su intensidad y repetición.
El paquete de armas de EE.UU. y la respuesta de China
Con ese telón de fondo, el episodio se inserta en una secuencia de presión creciente: Estados Unidos avanzó con un paquete de venta/transferencia de armamento a Taiwán que fue presentado como el mayor en términos de monto, y Beijing respondió con protestas y contramedidas contra contratistas y ejecutivos del sector defensa estadounidense. En paralelo, Taipéi viene reportando aumentos en actividad militar china alrededor de la isla durante estas jornadas.
En el plano operativo, “Justice Mission 2025” se estructuró como un ejercicio multidominio (tierra-mar-aire y fuerza de cohetes) con énfasis en control de accesos: zonas restringidas, patrullas de alistamiento y prácticas de bloqueo de puertos/áreas. Reportes regionales indicaron avisos de cierre en sectores alrededor de Taiwán y un patrón de aproximación desde distintos ejes, típico de la lógica de “cerco” que China ensaya en estos eventos. Taiwán, por su parte, informó actividad aérea y naval significativa asociada al ejercicio.

En clave político-estratégica, el pronunciamiento de Asunción importa por dos razones: Paraguay es un aliado diplomático central de Taiwán en América y, además, el único país de Sudamérica que mantiene reconocimiento oficial a Taipéi, lo que amplifica el peso simbólico de su condena. En términos prácticos, suma presión diplomática y refuerza el argumento de que los ejercicios impactan más allá del eje China–Taiwán–EE.UU., alcanzando a socios y aliados de la isla.
En cuanto a reacciones, Taiwán condenó las maniobras y anunció medidas de alerta y respuesta para resguardar su espacio aéreo y marítimo. China, en su mensaje oficial, encuadró el ejercicio como advertencia contra fuerzas “separatistas” y como acción “necesaria” para su soberanía. Hasta el momento, no todos los actores externos involucrados publicaron posicionamientos al mismo nivel de detalle, pero la secuencia (armas–contramedidas–ejercicios) ya consolidó un ciclo de acción-reacción.
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