El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que prohibirá la migración “de países del tercer mundo” a la par que llamó a continuar con las deportaciones masivas de inmigrantes ilegales y otros con distintos tipos de estatus legal en el país. El mensaje, que profundiza la retórica de su administración contra los extranjeros que habitan la nación norteamericana, llega después que tres efectivos de la guardia nacional fueran baleados -dos se hallan en estado crítico- en Washington D.C. por un ciudadano afgano que tenía asilo por haber colaborado con las tropas estadounidenses en la guerra contra el terrorismo.

“Voy a pausar permanentemente la migración de países del Tercer Mundo para permitir que el sistema de Estados Unidos se recupere”, escribió el presidente republicano en su propia red social, Truth, sin especificar qué países serían bloqueados. Hay que recordar que, desde junio, Trump ya prohibió la migración desde doce países, entre los que está Afganistán, y también Myanmar, Chad, Congo-Brazzaville, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Trump profundiza su retórica antiinmigrante
A la vez, Donald Trump culpó a los inmigrantes de cualquier problema de acceso a servicios o productos que puedan experimentar los norteamericanos, un tema que las encuestas marcan que fue decisivo en la reciente seguidilla de derrotas republicanas en elecciones estatales y municipales: “Aunque hayamos progresado tecnológicamente, la política de inmigración diluyó esas ganancias y las condiciones de vida para muchos”.
El mensaje presidencial, que comenzó como un saludo por el Día de Acción de Gracias, dio pie a la valoración que el mandatario hace de los extranjeros que viven en Estados Unidos: “La población extranjera oficial en Estados Unidos es de 53 millones de personas (censo), la mayor parte de los cuales están en la Seguridad Social, de países fallidos, de prisiones, instituciones mentales, pandillas o carteles de drogas”.

La retórica presidencial no se condice con la mayor parte de los estudios sobre la materia, como la reseña de literatura académica realizada en la Annual Review of Criminology el año pasado, donde se asevera que la percepción de que los inmigrantes fomentan el crimen “continúa a debilitarse ante el peso de la evidencia”.
“Con pocas excepciones, estudios conducidos tanto a niveles de agregados como individuales demuestran que la alta concentración de inmigrantes no está asociada con un aumento en los niveles de crimen y delincuencia en los barrios y ciudades de los Estados Unidos“, concluye la reseña.
Sin embargo, el presidente Trump sostuvo exactamente lo opuesto, al señalar a comunidades específicas de inmigrantes como instigadoras de la inseguridad. “Cientos de miles de refugiados de Somalia están tomando el alguna vez gran estado de Minnesota. Las pandillas somalíes están rondando las calles buscando ‘presas’ mientras nuestra hermosa gente se mantiene encerrada”, buscó ejemplificar, a la vez que llamó “seriamente retardado” por supuestamente permitir esto al gobernador del estado, el excandidato vicepresidencial demócrata en las últimas elecciones, Tim Walz.
Un ciudadano afgano atacó a efectivos de la Guardia Nacional
Aunque no mencionó el episodio en su publicación de Truth, la profundización de la retórica antiinmigrante del presidente estadounidense se da luego de un tiroteo en la capital, donde un ciudadano afgano con permiso provisorio de residencia disparó contra tres efectivos de la Guardia Nacional, en un contexto donde Washington D.C. y otras ciudades se hallan intervenidas por tropas de este cuerpo de reserva, una decisión ordenada por Trump que justifica como una manera de combatir el crimen.
El sospechoso fue identificado como Rahmanullah Lakanwal, de 29 años. Su llegada a Estados Unidos, junto a su esposa y cinco hijos, se produjo en 2021 como parte del programa “Operación Bienvenidos Aliados”, con el que la administración de Joe Biden concedió alrededor de 75.000 permisos provisorios de residencia de hasta dos años a ciudadanos de Afganistán que habían colaborado con la administración estadounidense del país de Medio Oriente tras la retirada de las tropas norteamericanas y el regreso del Talibán.

Luego del vencimiento de su programa, Lakanwal solicitó asilo en 2024 y le fue concedido al principio de 2025, ya bajo la administración Trump. Según comunicaron fuentes oficiales, colaboró con una fuerza conjunta de operaciones encabezada por la CIA en la región de Kandahar, y su asistencia fue valorada a través de la concesión de estos permisos.
Tres agentes de la Guardia Nacional de Virginia del Oeste fueron alcanzados por los disparos del sospechoso. Actualmente, dos de ellos se hallan en condición crítica.
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