La política de deportaciones masivas que lleva adelante Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump canaliza buena parte de los recursos humanos y económicos del Departamento de Seguridad Nacional, que descuida otras misiones para enfocarse en detener inmigrantes ilegales, según señalan reportes periodísticos.

Hay que recordar que el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security en inglés) se creó luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre para englobar los esfuerzos de combatir amenazas a la seguridad interna, proteger al presidente y atender la respuesta local a desastres naturales. Entre esta miríada de tareas, se contaba la detención de inmigrantes ilegales, un objetivo que la administración republicana ha convertido en la razón de ser de este departamento.
Así lo señala una investigación del New York Times, realizada a partir de documentos desclasificados del Departamento de Seguridad Nacional, que incluyen reportes de flujos de trabajo y resultados obtenidos en el último período. El resultado de las pesquisas es que el esfuerzo por avanzar contra inmigrantes ilegales o personas cuyos permisos de residencia pueden ser derogados -como refugiados o individuos protegidos por medidas cautelares de la justicia norteamericana- está enflaqueciendo sus esfuerzos en otras tareas vitales como detectar y detener pedófilos.
El foco en la inmigración ilegal debilita la intervención del Departamento de Seguridad Nacional en otros crímenes
Los documentos internos demostraron que los investigadores del Departamento de Seguridad Nacional dedicaron aproximadamente 33% de horas menos a trabajar en casos de explotación infantil en el período entre febrero y abril, respecto al mismo período del año pasado. Esfuerzos para combatir otros delitos como el tráfico humano y la trata con fines de explotación sexual también se debilitaron luego de que investigadores fueran reasignados para asistir en los esfuerzos de deportaciones.

El reacomodamiento de prioridades también afecta la soberanía nacional, ya que el New York Times cita que la guardia costera está desviando algunas de sus aeronaves para movilizar inmigrantes ilegales entre centros de detención, y las academias de entrenamiento de distintas agencias ralentizan los procesos que no tienen que ver con entrenar nuevos agentes de ICE (Immigration and Customs Enforcement), la agencia del Departamento para reducir la inmigración ilegal que se ha convertido en el brazo ejecutor de las políticas de Donald Trump.
Voceros de la administración republicana defendieron el actual enfoque de prioridades del Departamento. Tricia McLaughlin, portavoz del organismo federal, afirmó que “la explotación infantil, el tráfico de personas, las estafas financieras y el contrabando tienen un nexo con la inmigración ilegal”: “El Departamento de Seguridad Nacional moviliza agentes federales y estatales para encontrar, arrestar y deportar inmigrantes ilegales. Estamos priorizando a lo peor de lo peor e inmigrantes con ordenes de deportación. Casi cada día arrestamos pedófilos, terroristas conocidos o sospechosos, secuestradores, contrabandistas de niños y de trata de personas, incluyendo aquellos que entraron a nuestro país ilegalmente”.
Sin embargo, un análisis del Times en base a datos del gobierno puso en duda que los arrestos se produzcan mayoritariamente entre personas que tienen condenas o son buscadas por un delito: menos del 40% de los detenidos por ICE tenían una condena criminal. Entre estos, el 8% habían sido condenados por un crimen violento, mientras que apenas el 9% tenía una condena previa por causas relacionadas al tráfico.
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