TikTok se encamina a un anuncio formal esta semana tras el visto bueno de China, según confirmó el secretario del Tesoro Scott Bessent, en un cierre que Trump y Xi planean presentar juntos. El esquema prevé una escisión hacia un consorcio de inversionistas estadounidenses, mientras la UE intensifica su escrutinio a grandes plataformas por transparencia y acceso a datos. La plataforma enfrente una negociación geopolítica para mantener la app operativa en EE.UU. y, en paralelo, nuevos límites regulatorios europeos que condicionarán la gobernanza y el cumplimiento de la plataforma.
Lo que Bessent adelantó y lo que falta por confirmar
Bessent afirmó que Washington y China finalizaron los detalles del acuerdo y que Trump y Xi lo formalizarán el 30 de octubre en Corea, en el marco de la gira asiática del presidente estadounidense. Lo revelado por la Casa Blanca indica que TikTok se escindirá en una ‘joint venture’ con mayoría de capital estadounidense (un grupo liderado por Oracle y Silver Lake rondaría el 80%) mientras ByteDance retendría un 20%. El directorio quedaría bajo control de los inversores de EE.UU., con una representación mínima de ByteDance sin participación en comités de seguridad ni acceso a asuntos sensibles.

El núcleo del debate sigue siendo el algoritmo. Pekín había sostenido que, por ley, debía permanecer bajo control chino, mientras la normativa estadounidense exige cortar lazos de control con ByteDance para resolver el riesgo de seguridad nacional. Políticamente, Bessent sugirió un clima de distensión más amplio: la amenaza de aranceles del 100% y de un régimen chino de controles a la exportación habría perdido inmediatez. Si ese deshielo se confirma, Trump buscará vender el acuerdo como victoria en seguridad de datos y continuidad del servicio, con Xi mostrando pragmatismo para evitar un cierre total de la app.
Cumplimiento europeo como condicionante para el nuevo Tiktok
Mientras Trump y Xi afinan el anuncio, la UE acusó a TikTok y a Meta de infringir la Ley de Servicios Digitales (DSA) por falta de transparencia y acceso adecuado de investigadores a datos públicos, además de “patrones oscuros” que dificultan reportes y apelaciones sobre contenido ilegal. Bruselas defiende que la DSA protege la libertad de expresión al permitir impugnar decisiones de moderación; las plataformas se arriesgan a multas si no presentan compromisos satisfactorios. TikTok replicó que ciertos requisitos podrían chocar con el RGPD y pidió armonizar obligaciones.

Este contexto europeo impacta directamente en el nuevo TikTok que emerja del esquema negociado con China por Trump y Xi: aunque la gobernanza y el alojamiento de datos se americanicen, el cumplimiento en la UE exigirá trazabilidad de decisiones, vías claras de denuncia y mecanismos de acceso a datos para investigación pública. Si la plataforma quiere sostener su peso informativo deberá cerrar brechas regulatorias en Europa a la par que concreta la separación operativa de ByteDance en EE. UU. La viabilidad global, entonces, dependerá tanto del pacto geopolítico como del cumplimiento estricto de la DSA.
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