Emmanuel Macron se mostró desafiante con quienes piden que llame a elecciones anticipadas o renuncie como presidente de Francia, al insistir con su candidato a primer ministro que había renunciado la semana pasada luego de sólo 14 horas de haber formado gobierno.
“Yo aseguro continuidad y estabilidad, y voy a continuar haciéndolo”, dijo Macron en Egipto, donde llegó para formar parte en las conversaciones de paz entre Hamas e Israel. Desde el país africano, también recordó a sus gobernados que el mandato al presidente es “servir, servir y servir”.

Al otro lado del Mediterráneo, en Francia, el Congreso recibió ya dos mociones de censura cuya votación definirá el destino del segundo intento del primer ministro Sebastián Lecornu. Este domingo, además, se reveló el nuevo gabinete del funcionario, en el que no se observaron cambios en los puestos importantes en un contexto donde el apoyo del Poder Legislativo es indispensable para cimentar la estabilidad política que el país perdió recientemente, con cinco primeros ministros en solo dos años.
El difícil escenario se observa en la fragmentación parlamentaria, dividido en tres bloques donde la mayor parte de escaños corresponde al frente de izquierda que resultó el más votado en las últimas elecciones legislativas, el Nuevo Frente Popular. Atrás quedó la coalición gubernamental de centroderecha, Ensemble, y la ultraderecha de la Agrupación Nacional. Sin embargo, ninguno de los bloques alcanzó la mayoría, y la necesidad de diálogo político se encuentra con la intransigencia de las partes para lograr acuerdos.
La supervivencia del nuevo gobierno de Francia, en duda
El primer ministro Lecornu probablemente enfrente el martes la votación parlamentaria por la moción de censura que definirá su destino. En el aire está la posibilidad de que siga los pasos de su antecesor, François Bayrou, quien el pasado 8 de septiembre fue removido de su cargo al perder una moción de censura por 364 votos de legisladores en contra, frente a 194 que se expresaron a favor y 25 abstenciones.

La negociación por mantener a flote el nuevo gobierno tiene en el centro a los socialistas, que mantienen sus opciones abiertas de cara a la moción de censura mientras ponen sobre la mesa los aspectos del programa de Lecornu que quisieran descartar. Entre ellos, destacan el rechazo a la reforma de las pensiones -una de las ambiciones de más larga data de Macron– y la imposición de un impuesto a los milmillonarios, entre otros puntos.
“No habrá censura si el primer ministro se compromete a abandonar el Artículo 49.3 y suspender la reforma de las pensiones”, dijo a Reuters el legislador socialista Philippe Brun, añadiendo así el recurso constitucional que permite al gobierno pasar leyes sin apoyo parlamentario cuando carece de mayoría.

Mientras tanto, crece la presión legislativa para que, en caso de que Lecornu no logre nuevamente formar un gobierno estable, Macron convoque a elecciones anticipadas para lograr mayorías parlamentarias que puedan tomar decisiones con mayor autonomía. Mientras el tiempo pasa y la crisis se profundiza, también se multiplican las voces que piden su renuncia -dos años antes del fin de su mandato- para descomprimir la situación.
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