Los misiles Patriot, piezas centrales del apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania, se enfrentan a crecientes dificultades para interceptar misiles balísticos rusos debido a nuevas tácticas lanzadas por Rusia, según declaraciones ucranianas y reportes occidentales. Un portavoz militar de Kiev reconoció recientemente que ahora es “más difícil” para los Patriots neutralizar esas amenazas ante maniobras impredecibles de los misiles rivales.

Durante un ataque reciente, Rusia disparó cerca de 500 drones, más de 50 misiles de crucero y dos misiles balísticos Kinzhal, afirmó la Fuerza Aérea de Ucrania. Aunque las defensas lograron interceptar uno de los misiles balísticos, el uso intensivo de una combinación de amenazas pone en evidencia la tensión sobre los sistemas antimisiles disponibles.
En este sentido, Rusia mejoró sus misiles balísticos (particularmente modelos como el Iskander-M y el Kinzhal) para esquivar los sistemas Patriot: las trayectorias balísticas tradicionales son interrumpidas en su fase terminal mediante maniobras abruptas, inmersiones o cambios de rumbo diseñados para “confundir y evadir” los interceptores. Esto hace que el cálculo del punto de intercepción, crucial para los sistemas Patriot, sea mucho más complejo. Según declaró el portavoz de la fuerza aérea de Kiev, al noticiero nacional el domingo: “cuando los misiles balísticos pueden acercarse desde diferentes direcciones, un solo sistema no puede detectarlos todos; se necesitan varios sistemas y radares para cubrir una ciudad desde todos los ángulos”.

Un informe del inspector general de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE. UU. respaldó estas dificultades al señalar que Ucrania “ha luchado por usar sistemáticamente los sistemas Patriot para protegerse contra misiles balísticos rusos”, debido a estas mejoras tácticas rusas que introducen trayectorias no convencionales y maniobrabilidad en los misiles. Este cambio parece haber tenido un impacto medible: la tasa de intercepción rusa pasó de 37 % en agosto a apenas 6 % en septiembre.
El desafío para Ucrania no es solo técnico sino logístico y estratégico. Las baterías Patriot, escasas y muy demandadas, no pueden desplegarse omnipresentemente. Si Rusia continúa perfeccionando sus misiles y diversificando ángulos de ataque, la defensa aérea ucraniana dependerá cada vez más de múltiples capas de sistemas, mejoras en software de interceptores y apoyo externo constante.
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