Un estudio reciente reveló que los fallos cometidos por Rusia en el Mar Negro podrían proveer lecciones clave para un eventual conflicto en el Mar de China Meridional. El análisis en cuestión hace énfasis en que la incapacidad de Moscú para modernizar su flota, sumada a la efectividad de Ucrania con drones navales y misiles costeros, evidencian vulnerabilidades que podrían repetirse en escenarios donde fuerzas más menos capacitadas enfrenten a potencias navales consolidadas.
Tácticas de guerra en el Mar Negro que podrían aplicarse al Mar de China Meridional
En el Mar Negro, Ucrania logró desgastar a la Armada rusa pese a no contar con una marina comparable, hundiendo al menos un tercio de su flota y forzando a Moscú a retirar unidades de puertos estratégicos como Sebastopol. Estos avances encuentran su raíz principalmente en el uso combinado de misiles de crucero antibuque lanzados desde tierra y vehículos no tripulados de superficie, capaces de alcanzar las defensas rusas y generar daños tanto en alta mar como en instalaciones portuarias.

El estudio enfatiza que estas tácticas no representan un hecho inédito en la guerra naval, sino la aplicación efectiva de recursos relativamente económicos frente a fuerzas superiores. Sin embargo, su éxito representa una técnica que podría ser replicada en el Mar de China Meridional, donde la geografía favorece operaciones con drones y misiles costeros. Para EE.UU. y sus aliados, el aprendizaje principal en base a la experiencia rusa consiste en no subestimar la adaptabilidad de actores menores; y considerar cómo estos sistemas podrían equilibrar la balanza en un escenario dominado por la Marina del Ejército Popular de Liberación de China.
Rusia continúa sufriendo pérdidas en Crimea
Recientemente, la Marina ucraniana atacó un centro de comunicaciones de la Flota del Mar Negro de Rusia en Sebastopol, Crimea. El objetivo, ubicado en las instalaciones de pruebas e investigación número 184, coordinaba operaciones clave de las unidades navales rusas en la península. Imágenes difundidas por la Marina ucraniana muestran los daños tras el ataque, que forma parte de una campaña más amplia contra nodos logísticos y de mando rusos.

Los constantes ataques en Sebastopol y otras bases (incluyendo los realizados en julio en Novorossiysk) han forzado al Kremlin a reducir la presencia de su flota en la región. Ucrania ya ha destruido buques fundamentales para la defensa rusa como el Caesar Kunikov, el Sergei Kotov y el Ivanovets, demostrando que la combinación de drones navales y misiles puede erosionar progresivamente el control de Moscú sobre el Mar Negro. Este patrón no solo evidencia las debilidades rusas en la guerra marítima, sino que también constituye una advertencia estratégica para potencias como China.
Te puede interesar: EE.UU. y China se enfrentan en el Indo-Pacífico en un nuevo capítulo de provocaciones por el dominio del Mar de China Meridional














