Las tensiones en el Indo-Pacífico suman un nuevo capítulo: Beijing avanza con una estrategia que combina diplomacia agresiva, inversión en infraestructura y acuerdos de seguridad con el objetivo de instalar una base militar permanente en el corazón del Pacífico. La jugada apunta a consolidar su presencia en una región donde Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda refuerzan contramedidas para evitar un cambio en el equilibrio estratégico.
La capital de las Islas Salomón, Honiara, será escenario de la pulseada. Aunque China no fue invitada al foro de líderes del Pacífico del 10 de septiembre, su enviado especial ya anunció que estará presente para ofrecer paquetes de ayuda y cerrar acuerdos bilaterales, mientras presiona a los gobiernos insulares para favorecer sus intereses frente a Occidente.

Lo que tenés que saber
- China busca acceso a puertos y aeródromos en al menos cinco países del Pacífico, con especial interés en las Islas Salomón.
- Beijing ya tiene policías desplegados en tres naciones insulares, bajo acuerdos de cooperación en seguridad.
- El Foro de Islas del Pacífico (PIF) se ha convertido en un obstáculo a sus planes, y China intenta dividir a sus miembros para ganar influencia.
- Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda temen que un puerto de uso comercial se convierta en una instalación militar encubierta.
- La estrategia china es descrita por funcionarios australianos como un “knife fight” (pelea a cuchillo) en el tablero geopolítico.
La estrategia de Beijing: puertos, policías y presión diplomática
Desde 2019, empresas estatales chinas han buscado arrendar puertos de aguas profundas en las Islas Salomón, algunos de ellos adyacentes a aeródromos construidos por Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Aunque varios intentos fueron bloqueados en Samoa, Kiribati y Papúa Nueva Guinea, la presión persiste.

A la par, Beijing ha enviado policías a tres países del Pacífico, entre ellos Kiribati y Vanuatu, con el pretexto de entrenar a fuerzas locales. Sin embargo, su presencia ha perdurado incluso después de los eventos para los cuales fueron convocados, como los Juegos del Pacífico 2023 en Honiara. Para analistas regionales, esta permanencia constituye un mecanismo de influencia a largo plazo.
La batalla por las Islas Salomón
El gobierno de Manasseh Sogavare se ha convertido en el principal aliado de China en el Pacífico Sur. Empresas chinas dominan sectores de la economía local, mientras políticos y funcionarios suelen defender a Beijing frente a críticas internacionales. Australia, consciente del riesgo, ha duplicado sus programas de cooperación y ayuda, pero la disputa es cada vez más ajustada.
Este año, la presión china se centró en impedir que Taiwán asistiera al foro del Pacífico como observador. La solución de compromiso fue prohibir la participación de todos los observadores —incluyendo China, EE.UU. y la UE—, lo que evitó una ruptura entre los países que reconocen a Taiwán y el resto del bloque.
Un escenario de “competencia permanente”
La influencia de China en Melanesia, la subregión más permeable por sus estructuras políticas clientelares, abre la puerta a que Beijing instale un puerto dual —comercial y militar— con proyección estratégica sobre rutas críticas del Pacífico. Funcionarios de Australia y Nueva Zelanda advierten que esta competencia no es pasajera, sino un pulso constante por el control de la seguridad regional.
Como señaló la canciller australiana Penny Wong, China está embarcada en una “competencia permanente” en el Pacífico. A medida que avanza en acuerdos de infraestructura, policía y acceso portuario, las potencias occidentales deberán redoblar esfuerzos para impedir que la región se convierta en una plataforma militar de Beijing.
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