Un operativo militar contra disidencias de las FARC, lideradas por Iván Mordisco, derivó en el secuestro de 34 miembros de operaciones especiales del Ejército del Colombia en una zona rural del Guaviare. Además, un enfrentamiento este lunes terminó con la muerte de al menos 10 guerrilleros, entre ellos un cabecilla. Justo cuando la tropa se preparaba para evacuar la zona, civiles armados, supuestamente presionados por la guerrilla, impidieron su salida.

En este sentido, el ministro de Defensa colombiano, Pedro Sánchez, condenó el hecho como un “acto ilegal y extorsivo” y anunció el despliegue de fuerzas especiales para liberar a los militares. Señaló que el Estado aplicará todos los mecanismos legales y operativos disponibles, incluyendo una recompensa por datos útiles.
De acuerdo a fuentes militares citadas por The Associated Press, los uniformados se vieron sometidos a condiciones peligrosas, incluyendo amenazas desde el aire con drones cargados de explosivos. En medio del cerco, lograron aislarse parcialmente bajo arbustos y retirarse, salvaguardando así parte del grupo.

No es la primera vez que las FARC secuestra miembros del Ejército colombiano
Este secuestro ocurre en un contexto crítico de seguridad en la región del Guaviare, paso obligado del narcotráfico, desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, cuando varias disidencias retomaron el control en zonas selváticas. A pesar de que el Estado desplegó ofensivas, la violencia persiste.
No es la primera vez que comunidades son manipuladas para retener a uniformados, en junio pasado, 57 militares fueron retenidos en Cauca bajo estrategias similares. El gobierno culpa a los líderes rebeldes por estas situaciones, diciendo que están presionando a los civiles para que actúen contra las tropas colombianas.
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