En el marco de crecientes tensiones en el Indo-Pacífico, Estados Unidos y Australia realizaron una contundente demostración de fuerza al testear capacidades de ataque de largo alcance mediante el lanzamiento de misiles y el despliegue de sistemas de cohetes en territorio australiano. La operación se llevó a cabo durante los ejercicios multinacionales Talisman Sabre 2025, considerados los más grandes y sofisticados jamás realizados en Australia.

Estas maniobras ocurren en un contexto geopolítico marcado por la creciente presencia militar de China en la región, cuyas reclamaciones territoriales en el Mar de la China Meridional han generado fricciones constantes con otros Estados ribereños y han despertado alarmas en Washington y Canberra.
Ensayo de misiles y despliegue anticipado: capacidades avanzadas en tierra y mar
Uno de los momentos más destacados de Talisman Sabre 2025 fue el primer lanzamiento en suelo australiano del misil Precision Strike Missile (PrSM), desde una plataforma HIMARS del Ejército Australiano en la zona de entrenamiento de Mount Bundey, en el Territorio del Norte. El misil, con un alcance superior a los 500 kilómetros, es clave para reforzar la proyección ofensiva de Australia tanto en el dominio terrestre como marítimo. Según el Departamento de Defensa australiano, el ensayo se adelantó dos años al cronograma original, y el sistema HIMARS fue entregado dos meses antes de lo previsto.

Este misil ha sido desarrollado en conjunto con Estados Unidos y está en proceso de ser actualizado para alcanzar más de 1.000 kilómetros, lo que representa una mejora exponencial en la capacidad de disuasión del país oceánico. Australia ha adquirido un total de 42 lanzadores HIMARS, de los cuales el primer lote llegó en abril. Estos sistemas móviles pueden lanzar dos misiles PrSM por unidad y son fácilmente transportables por aire.

Proyección estratégica: presencia estadounidense en islas clave del Índico
En paralelo, el Ejército de Estados Unidos desplegó sus propios HIMARS en distintos puntos de Australia, incluyendo la remota Isla de Navidad, en el Océano Índico. Allí se realizó una simulación de lanzamiento el 22 de julio, en lo que fue denominado como HIMARS Rapid Infiltration: una operación que consiste en transportar el sistema por vía aérea hasta aeródromos de avanzada para extender rápidamente el alcance de sus capacidades ofensivas.
La elección de Isla de Navidad no fue aleatoria. Situada a menos de 1.500 kilómetros del sudeste asiático, esta isla australiana es vista como un punto de valor estratégico creciente, especialmente tras el tránsito de un grupo naval chino de tres buques por la zona a principios de año. Según el comodoro Peter Leavy, a cargo del operativo, es fundamental que las Fuerzas Armadas australianas puedan operar desde esa posición para reforzar la cobertura en el Océano Índico.
Modernización acelerada y estrategia de guerra litoral
Las autoridades australianas han subrayado el carácter transformador de estas adquisiciones y despliegues. El Ministro de Industria de Defensa, Pat Conroy, declaró que “desde la entrega anticipada de HIMARS hasta la prueba exitosa del PrSM, el Gobierno está modernizando al Ejército australiano a un ritmo sin precedentes”. Añadió además que se busca una mejora 25 veces superior en la capacidad de ataque de largo alcance de la fuerza terrestre.

Por su parte, el Ministerio de Defensa remarcó que el concepto de HIMARS Rapid Infiltration aporta un alto grado de imprevisibilidad y capacidad de disuasión, ya que permite generar amenazas inmediatas tanto contra objetivos terrestres como navales en escenarios litorales. Esta doctrina se alinea con el giro estratégico del Ejército australiano hacia una postura más ofensiva y proyectiva, especialmente ante la creciente influencia naval de China.
Un telón de fondo de tensión regional
El ejercicio Talisman Sabre 2025 no se desarrolla en el vacío. China continúa ampliando su presencia en el Indo-Pacífico, operando actualmente la fuerza naval más numerosa del mundo en cantidad de cascos. Entre febrero y marzo, una flotilla de buques de guerra chinos realizó una circunnavegación completa de Australia, y en junio, el gigante asiático ejecutó una misión dual con portaaviones en el Pacífico occidental, reafirmando su ambición de expandir el control regional más allá del mar de China Oriental.
Estos movimientos generan preocupación no solo en Australia y Estados Unidos, sino también en otros actores regionales como Japón y Canadá, que también participaron en maniobras de fuego real durante Talisman Sabre. En conjunto, estas operaciones reflejan la voluntad de los aliados occidentales de reforzar sus capacidades ofensivas y enviar un mensaje de disuasión ante cualquier intento de coerción por parte de Beijing.
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