La Organización de las Naciones Unidas enfrenta una crisis diplomática luego de que EE.UU. decidiera iniciar una suerte de boicot contra una reunión preparatoria clave para la cumbre global sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), prevista para septiembre. La decisión estadounidense, motivada por la participación palestina y objeciones de procedimiento, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional y amenaza con debilitar uno de los encuentros más importantes del año sobre pobreza, clima e igualdad. Funcionarios de la ONU intentan ahora mantener vivo el proceso a través de gestiones diplomáticas contrarreloj.
Tensiones diplomáticas empañan la preparación de la cumbre global
La reciente retirada de EE.UU. de una reunión preparatoria clave de la ONU ha generado un fuerte revuelo diplomático en vísperas de la cumbre mundial sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), prevista para septiembre. La decisión de Washington, que abandonó el proceso tras la inclusión de un delegado palestino como copresidente del encuentro, sorprendió a diplomáticos y observadores, dado el compromiso histórico de EE. UU. con la agenda de desarrollo global. En protesta, Israel también se retiró.

Desde la ONU se percibe la ausencia estadounidense como un revés significativo, dado que la cumbre busca reimpulsar el cumplimiento de los ODS antes del plazo de 2030. Según fuentes diplomáticas, los representantes de EE.UU. alegaron que la presidencia palestina carece de legitimidad, y que su inclusión no fue consultada debidamente con todos los Estados miembros. Sin embargo, varios países, incluidos miembros de la UE, África y América Latina, decidieron continuar con el proceso.
Replantear la ONU para salvar los ODS
La falta de progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible es alarmante: según el último Informe de Desarrollo Sostenible 2024, ninguno de los 17 ODS está en camino de cumplirse para 2030. Apenas el 16% de las metas muestra avances concretos. El informe subraya la necesidad de una reforma profunda del sistema multilateral, señalando que sin una transformación estructural de las Naciones Unidas, será imposible enfrentar los grandes desafíos del siglo XXI, desde el cambio climático hasta la creciente desigualdad.

Referentes internacionales en el área, como la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), han elevado propuestas como la creación de una “ONU 2.0” con nuevos órganos más representativos e inclusivos. Se propone, por ejemplo, una Asamblea Parlamentaria global compuesta por representantes de parlamentos nacionales, y la incorporación de consejos que den voz a regiones, ciudades y pueblos indígenas. Estas reformas no solo buscarían aumentar la legitimidad democrática de la ONU, sino también fortalecer la cooperación y la financiación del desarrollo sostenible.
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