En el marco de un aparente realineamiento de su política exterior, el Gobierno de Argentina evalúa cerrar su embajada en Irán, una medida que -aunque aún no fue oficializada- es considerada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, según fuentes internas citadas desde Clarín. La posibilidad se da en un contexto de fuertes tensiones diplomáticas con Teherán y de una alianza estratégica reforzada con Israel, país con el que el presidente Javier Milei estrechó lazos desde el inicio de su gestión.

Actualmente, la sede diplomática en Teherán permanece evacuada desde el 13 de junio, cuando comenzó una ofensiva israelí contra instalaciones vinculadas al programa nuclear iraní. En respuesta, Irán lanzó represalias que llevaron al retiro del personal argentino. Entre ellos se encontraba el encargado de negocios, Jorge Mariano Jordan, y varios empleados locales, quienes abandonaron el país presuntamente a través de Azerbaiyán. Hasta ahora se desconoce su paradero exacto y si regresarán.
Aunque Irán y Argentina mantuvieron relaciones diplomáticas incluso después de la revolución islámica de 1979, el vínculo se deterioró tras el atentado contra la AMIA en 1994, que dejó 85 muertos y por el cual la justicia argentina responsabilizó a Hezbollah, el grupo chiita respaldado por Teherán. Desde entonces, los lazos bilaterales quedaron reducidos al nivel de encargados de negocios, sin embajadores plenipotenciarios.

Lo cierto es que la decisión de cerrar o no la embajada en Irán forma parte de en un análisis más amplio que contempla hasta una veintena de representaciones diplomáticas potencialmente prescindibles. Sin embargo, altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, incluido el canciller, Gerardo Werthein, advirtieron a Clarín que el cierre de embajadas puede ser más costoso que su mantenimiento actual. Entre las complicaciones se incluyen indemnizaciones, pagos de deuda, reubicación de personal y pérdida de influencia diplomática clave, especialmente en temas sensibles como el reclamo por el atentado a la AMIA.
A su vez, fuentes de inteligencia sostienen que la Argentina estaría obstaculizando el ingreso de nuevos funcionarios iraníes a Buenos Aires al demorar o negar la emisión de visados, como una forma de debilitar gradualmente la presencia diplomática de Irán en el país. Aunque esta versión no fue confirmada oficialmente, el bajo perfil actual de la representación iraní, encabezada por Amir Houshang Karimi, es evidente.
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