La escalada militar entre Israel e Irán alcanzó un nuevo pico de tensión este jueves, tras el impacto de un misil iraní en el hospital Soroka de Beer Sheva y una serie de amenazas cruzadas entre los máximos líderes de ambos países. El Ministerio de Defensa israelí respondió con contundencia, atacando el reactor nuclear de Arak y advirtiendo que su ofensiva se intensificará en los próximos días.
El ataque iraní, parte de una ofensiva de más de 400 misiles y drones disparados desde Teherán en la última semana, provocó heridas en al menos 240 personas, según datos oficiales israelíes. Entre los afectados se encuentran más de 70 pacientes del hospital Soroka, el principal centro médico del sur israelí, que resultó parcialmente dañado y debió ser evacuado en áreas críticas. Si bien no se reportaron víctimas fatales dentro del hospital, la explosión generó pánico y expuso las limitaciones del escudo antimisiles israelí.

El ministro de Defensa, Israel Katz, no dejó lugar a dudas sobre la gravedad del momento: “El ejército ha sido instruido y sabe que, para alcanzar sus objetivos, este hombre no debe seguir existiendo”, declaró en referencia directa al líder supremo iraní, el Ayatollah Ali Khamenei. Aunque el presidente Donald Trump vetó en días recientes un plan israelí para asesinar a Khamenei, también advirtió que entregó un “ultimátum definitivo” a Teherán, y que no descarta una intervención militar directa de EE. UU. en la ofensiva.
La respuesta de Israel al ataque al hospital
En respuesta al bombardeo, Israel atacó el reactor de agua pesada de Arak, una de las instalaciones más sensibles del programa nuclear iraní. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el objetivo fue la cámara del núcleo, con el fin de impedir cualquier posibilidad futura de producción de plutonio con fines militares. Asimismo, se reportaron bombardeos en Natanz y otras infraestructuras nucleares clave, en un intento de debilitar la capacidad de enriquecimiento de uranio por parte del régimen iraní.
Pese al ataque, medios estatales iraníes aseguraron que no hay riesgo de radiación y que las instalaciones fueron evacuadas a tiempo. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que visitó Arak por última vez el 14 de mayo, aún no ha emitido una declaración formal, aunque había advertido previamente sobre la pérdida de información continua respecto al programa de agua pesada iraní debido a restricciones impuestas por Teherán.

En paralelo, la tensión se trasladó también al plano diplomático. El canciller iraní Abbas Araghchi anunció que viajará a Ginebra para reunirse con sus pares de Reino Unido, Francia, Alemania y la Unión Europea, con el objetivo de buscar una posible salida negociada. Sin embargo, en la misma jornada, Khamenei rechazó cualquier tipo de rendición y advirtió que una intervención militar estadounidense implicaría “daños irreversibles” para Washington.
Amenazas cruzadas y saldo humanitario del conflicto
En siete días de intensos intercambios bélicos, el saldo en Irán supera los 600 muertos, incluyendo más de 260 civiles, según reportes de la Human Rights Activists News Agency, una ONG con sede en Washington. En Israel, los ataques han dejado al menos 24 muertos y cientos de heridos, mientras el país mantiene activado su protocolo de emergencia hospitalaria y ha reforzado su sistema de defensa civil, incluyendo la activación de bancos de sangre subterráneos y la conversión de estacionamientos en áreas médicas.
El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó los ataques como “una afrenta intolerable” y prometió “hacer pagar el precio completo a los tiranos de Teherán”. Mientras tanto, Rusia y China se pronunciaron en contra de los bombardeos israelíes, denunciando que violan el derecho internacional y contribuyen a la desestabilización regional.
Te puede interesar: Imágenes satelitales muestran a Estados Unidos reforzando su despliegue naval y aéreo en Medio Oriente ante posibles hostilidades con Irán
Con información de agencias internacionales de noticias













