El número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo alcanzó los 122,1 millones a finales de abril de 2025, marcando un nuevo récord, según el último informe de tendencias globales publicado por ACNUR. Este incremento refleja una década consecutiva de aumentos impulsados por conflictos persistentes en regiones como Sudán, Myanmar y Ucrania, así como por la creciente incapacidad internacional para detener los enfrentamientos. La agencia de la ONU advierte que este nivel de desplazamiento forzado es insostenible, más aún en un contexto de recortes en la financiación humanitaria global.
Sudán, Siria y Afganistán concentran el mayor número de personas desplazadas
De los más de 122 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo, una gran mayoría continúa dentro de las fronteras de su propio país. Según el último informe de ACNUR, al cierre de 2024 había 73,5 millones de desplazados internos, una cifra que aumentó en más de seis millones en un solo año. A ellos se suman 42,7 millones de personas refugiadas que han debido cruzar fronteras internacionales. Sudán lidera hoy el desalentador ranking global con 14,3 millones de personas desplazadas, superando a Siria (13,5 millones), Afganistán (10,3 millones) y Ucrania (8,8 millones), todos países marcados por conflictos prolongados y crisis humanitarias profundas.

El informe también desmiente ciertos prejuicios instalados en el Norte Global: el 67% de las personas refugiadas permanece en países vecinos, y el 73% es recibido por naciones de renta baja o media. Además, seis de cada diez personas desplazadas nunca cruzan una frontera, lo que indica que la mayoría de quienes huyen lo hacen sin abandonar su país de origen. Esta realidad plantea una carga desproporcionada para Estados con recursos limitados, que siguen ofreciendo protección en contextos de crisis prolongada sin recibir la atención mediática ni el respaldo financiero internacional que requieren.
Aumentan los retornos y la naturalización, pero la inestabilidad persiste
A pesar de los desafíos globales, 2024 registró avances significativos en las soluciones al desplazamiento forzado. Según ACNUR, 1,6 millones de personas refugiadas retornaron a sus países de origen, la cifra más alta en más de dos décadas. Además, más de 8,2 millones de personas desplazadas internas regresaron a sus comunidades, marcando el segundo valor más elevado desde que se tiene registro. También se destacó el reasentamiento de 188.800 personas en terceros países y la naturalización o residencia permanente de casi 88.900 refugiados.

Sin embargo, la sostenibilidad de estos retornos sigue siendo motivo de preocupación. El 92% de los retornos de personas refugiadas se concentró en cuatro países: Afganistán, Siria, Sudán del Sur y Ucrania. En todos ellos, las condiciones de seguridad, acceso a servicios básicos y oportunidades económicas siguen siendo precarias. Muchos afganos regresaron empujados por la falta de opciones en los países de recepción, enfrentando un contexto de pobreza extrema e inseguridad alimentaria. En otros casos, como el de Ucrania, la decisión de volver se dio a pesar de que la guerra persiste, revelando las limitaciones que enfrentan quienes buscan reconstruir su vida lejos del hogar.
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