Como parte de su despliegue estratégico en el Indo-Pacífico, el Grupo de Combate del portaaviones británico HMS Prince of Wales llevó a cabo maniobras conjuntas con unidades de la Armada de India en el mar Arábigo occidental. El ejercicio se desarrolló durante los días 9 y 10 de junio, en el marco de la operación Highmast, una misión de ocho meses que simboliza la proyección de poder del Reino Unido más allá de su área de influencia tradicional.
Durante las jornadas de operaciones, participaron activamente el portaaviones Prince of Wales, la fragata HMS Richmond, la fragata india clase Talwar INS Tabar, un submarino de la Armada india y aeronaves de patrullaje marítimo P-8I Poseidon. Las maniobras incluyeron guerra antisubmarina, control cruzado de helicópteros embarcados, formaciones tácticas y programas de intercambio profesional entre oficiales de ambas fuerzas navales.
Según informó la Armada india a través de sus canales oficiales, este tipo de ejercicios representan “la profundización de la cooperación entre ambas armadas y el compromiso compartido con la seguridad marítima y la construcción de vínculos bilaterales sólidos”.



El despliegue de HMS Prince of Wales, que por primera vez opera en el océano Índico con sus cazas F-35, helicópteros Merlin y una dotación de 4.500 efectivos británicos —entre ellos 600 miembros de la RAF y cerca de 900 soldados del Ejército Británico— marca un hito en la expansión operativa del Reino Unido en la región. La fuerza naval está acompañada por el destructor HMS Dauntless y buques escolta provenientes de Canadá, Noruega y España.
Este ejercicio naval conjunto constituye el primer gran contacto del Carrier Strike Group 25 al ingresar en la fase indo-pacífica de su misión, tras haber transitado previamente el Canal de Suez y el Mar Rojo, donde realizaron entrenamientos intensivos con aliados de la OTAN en el Mediterráneo.
La estrategia británica apunta a consolidar su presencia de largo plazo en una región clave para el equilibrio del poder global, donde se superponen intereses militares y comerciales de potencias como China, Estados Unidos, India y Japón. En este marco, Londres refuerza la doctrina de interoperabilidad y disuasión a través de su renovado poder naval expedicionario.
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