La campaña 2025 de pesca de calamar loligo en las Islas Malvinas, que comenzó con expectativas optimistas, enfrenta ahora un panorama incierto. Equipos científicos advirtieron sobre la posibilidad de un cierre anticipado debido a la alarmante disminución de la biomasa, la más baja registrada en los últimos cinco años.

James Wilson, director del Departamento de Recursos Naturales del archipiélago, expresó su preocupación por la situación actual. “Estamos ante la menor biomasa registrada en los últimos cinco años, incluso por debajo de la media de las dos últimas décadas”, señaló Wilson, destacando la gravedad del escenario actual.
Hasta marzo, las capturas alcanzaron aproximadamente 22.000 toneladas, una cifra significativamente inferior al promedio habitual de más de 30.000 toneladas en esta etapa del año. Esta disminución contrasta con las proyecciones iniciales de la Asociación de Armadores de Vigo (ARVI), que estimaban alcanzar las 45.000 toneladas durante la temporada. Francisco Javier Touza, presidente de ARVI, había proyectado capturas diarias de entre 700 y 800 toneladas, cifras que ahora parecen inalcanzables.
La situación se complica aún más con los problemas técnicos en buques recientemente incorporados a la flota. El Hadassa Bay, considerado el mayor arrastrero construido en los últimos 40 años, sufrió una rotura en su motor principal durante su primera marea, lo que obligó a su remolque al puerto de Montevideo. Este incidente representa un revés significativo para la empresa armadora, que había invertido más de 30 millones de euros en la construcción del buque.
Buscan soluciones alternativas a la situación de pesca en Malvinas
Ante este panorama, las empresas armadoras, especialmente las gallegas con operaciones en la zona, enfrentan desafíos considerables. Las inversiones realizadas en la renovación de la flota, que superan los 240 millones de euros, podrían no ser recuperadas si la campaña se interrumpe prematuramente. Además, la falta de certeza científica en la estimación de la biomasa y las condiciones ambientales adversas contribuyen a la incertidumbre en el sector.

En respuesta a la situación, varios buques han buscado alternativas en aguas internacionales, capturando especies como merluza o calamar, para mitigar el impacto económico. Sin embargo, más del 90% del calamar loligo extraído en Malvinas tiene como destino final Europa, ingresando mayoritariamente por el puerto de Vigo, lo que complica aún más las perspectivas para las empresas involucradas.
Te puede interesar: El Reino Unido realiza ejercicios de reabastecimiento con el avión A400 y las tropas Gurkhas desplegadas en las Islas Malvinas













