- La Cumbre del Mercosur reafirmó la integración regional, pero también dejó un fuerte mensaje político sobre los riesgos de militarización en Sudamérica ante la escalada entre Estados Unidos y Venezuela.
- Los presidentes del bloque respaldaron de forma unánime la posición argentina sobre las Islas Malvinas, reclamando una solución negociada conforme al derecho internacional y rechazando medidas unilaterales en territorios en disputa.
- Lula da Silva comparó la tensión actual con la guerra de Malvinas, advirtió que una intervención armada en Venezuela sería una catástrofe humanitaria y se ofreció como mediador para evitar un conflicto regional.
La LXVII Cumbre de Presidentes del Mercosur, celebrada en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçu, dejó una doble señal política. Por un lado, la reafirmación del bloque como espacio de integración regional y proyección internacional; por otro, una advertencia explícita sobre los riesgos de militarización en Sudamérica, expresada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en relación con la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela.
Durante el encuentro, los jefes de Estado del Mercosur reiteraron de manera unánime su respaldo a los derechos soberanos de la Argentina sobre las Islas Malvinas, al cumplirse 60 años de la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En la declaración final, subrayaron que la adopción de medidas unilaterales en territorios en disputa -incluida la explotación de recursos naturales- es incompatible con el derecho internacional y reclamaron la reanudación de negociaciones entre Buenos Aires y Londres.
En paralelo, el bloque repasó una extensa agenda de integración que incluyó avances en armonización regulatoria, energía, infraestructura, economía digital, salud en fronteras y facilitación del comercio intrazona. Los mandatarios destacaron el rol del Mercosur como herramienta de inserción competitiva en la economía global, aunque expresaron su decepción por la no firma del acuerdo con la Unión Europea, atribuida a la falta de consenso político dentro del bloque europeo.
Fue en este contexto regional que Lula introdujo un mensaje de mayor alcance geopolítico. En referencia a la escalada entre Washington y Caracas, el presidente brasileño afirmó que, “cuatro décadas después de la guerra de las Malvinas, el continente sudamericano vuelve a verse atormentado por la presencia militar de una potencia extranjera”. La comparación apuntó a subrayar los riesgos históricos y simbólicos de una intervención armada externa en la región.
Durante la cumbre de Mercosur, Lula opinó sobre la crisis entre Venezuela y Estados Unidos
Lula advirtió que una eventual intervención militar en Venezuela sería una catástrofe humanitaria para el hemisferio y un precedente peligroso para el sistema internacional. Sus declaraciones se produjeron luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, no descartara públicamente una guerra contra el gobierno de Nicolás Maduro, en el marco de un endurecimiento de las sanciones, ataques contra embarcaciones en el Caribe y un bloqueo a petroleros venezolanos.

El mandatario brasileño aseguró estar “muy preocupado” por la crisis a las puertas de Brasil y se ofreció a actuar como mediador para evitar un conflicto armado. Según relató, transmitió a Trump que “los problemas no se resuelven disparando, sino sentándose a la mesa”, en una apelación directa al diálogo diplomático como alternativa al uso de la fuerza.
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