Estados Unidos profundiza su campaña de ataques a lanchas supuestamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, que también se ha relacionado con su voluntad de lograr un cambio de régimen en Venezuela. En este caso, los ataques se producen mientras la administración Trump mantiene un bloqueo naval sobre el petróleo controlado por Caracas, en un movimiento que busca drenar los recursos de Nicolás Maduro.

La operación militar fue parte de la Operación Southern Spear, con la que el Comando Sur de los Estados Unidos denominó a esta campaña donde se mezclan objetivos declarados de combates al denominado Cartel de los Soles con la presión sobre Maduro, a quien el gobierno norteamericano señala como la cabeza de esta organización.
Según se reportó, los ataques fueron dos y ocurrieron en el este del Océano Pacífico. Las imágenes editadas muestran en continuado a las dos lanchas, que fueron detectadas en operativos distintos. Luego de algunos segundos, las dos embarcaciones son destruidas e incendiadas por un bombardeo selectivo que produjo fuego sobre el agua en los restos del naufragio.
En el material desclasificado recientemente, se observa una dinámica similar a la de los más de veinte ataques anteriores, que dejaron a su vez más de ochenta muertos cuyas identidades y supuestas vinculaciones al narcotráfico no han sido divulgadas. Por este factor, crece la presión política interna para que la administración Trump brinde más información sobre las motivaciones detrás de cada ataque, y también defina la extensión del conflicto con Venezuela, que en caso de escalar a una guerra requiere aprobación del Congreso.
Estados Unidos bloquea el petróleo de Venezuela
La flota de Estados Unidos en el Caribe sumó a sus tareas de seguimiento de embarcaciones vinculadas al narcotráfico el bloqueo de buques cisterna que transportan petróleo de Venezuela, la principal fuente de financiamiento del régimen.
El nuevo cerco se implementa con la flota ampliada que Estados Unidos amasó en la región desde septiembre, y que actualmente incluye un submarino de propulsión nuclear y doce navíos entre los que está el portaaviones USS Gerald Ford, el más grande y moderno con el que cuenta la Armada estadounidense. Además de las aeronaves que pueden viajar en esta embarcación y las que están estacionadas en territorios cercanos como Puerto Rico -entre las que hay cazas F-35 y EA‑18G Growlers-, Washington D.C. también cuenta con una fuerza estimada en 15.000 infantes de marina para desplegar en la región.

Una muestra de cómo podría funcionar el bloqueo se dio a principios de mes, cuando fuerzas especiales de Estados Unidos interceptaron el buque petrolero Skipper cerca de la costa venezolana. La filmación desclasificada mostró como los efectivos norteamericanos realizaron un asalto en helicóptero sobre el barco, que fue incautado con una orden federal y tiene procedimientos legales pendientes que significaron la detención de su carga de crudo.
Además, las últimas sanciones emitidas por el Tesoro de Estados Unidos apuntaron contra el sector petrolífero de Venezuela. Entre los individuos apuntados está el empresario panameño Ramón Carretero Napolitano, acusado de “haber mantenido diversos negocios con la familia Maduro-Flores”, entre los que estaría “haber facilitado envíos de petróleo en nombre del gobierno venezolano”, así como seis buques cisternas y las empresas que los operan.
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