- Venezuela acusó a Estados Unidos de estar involucrado directamente en un ciberataque que paralizó sus sistemas administrativos y la exportación de petróleo.
- Las autoridades de la petrolera estatal venezolana PDVSA, aseguraron que la producción y refinación no se vieron afectadas. Fuentes internas y del sector marítimo confirmaron retrasos en cargas y desvío de buques petroleros, provocando la suspensión de las exportaciones de crudo.
- El episodio se produce en un contexto de fuerte escalada entre Caracas y Washington, marcado por sanciones energéticas, la incautación de un petrolero venezolano y una mayor presencia militar estadounidense en el Caribe.
Venezuela acusó formalmente a Estados Unidos de estar detrás de un ciberataque que habría afectado los sistemas administrativos de la petrolera estatal PDVSA, provocando un impacto negativo directo en la exportación de petróleo. Esta maniobra agravó un clima de tensiones políticas y económicas entre ambos países.

Según un comunicado oficial difundido el lunes 15 de diciembre por PDVSA y el Ministerio de Petróleo, el incidente -que Caracas calificó de “ataque cibernético” dirigido a detener la operatividad de la empresa- fue supuestamente orquestado por “intereses extranjeros en complicidad con factores internos” y busca quebrantar el derecho soberano de Venezuela sobre su desarrollo energético. Las autoridades venezolanas sostuvieron que dicha acción se inscribe en una estrategia estadounidense para apropiarse del petróleo venezolano “por la fuerza y la piratería”.
Pese a estas acusaciones, el comunicado de PDVSA sostiene que los segmentos operativos de la industria petrolera no sufrieron impacto directo y que la producción, refinación y distribución interna permanecen operativas mediante protocolos de seguridad activados tras la detección del ataque. No obstante, fuentes internas citadas por agencias internacionales indicaron que los sistemas administrativos clave siguen inactivos, obligando al personal a llevar registros manuales y paralizando las instrucciones de carga para exportaciones.
La denuncia se produce en medio de un deterioro de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, que se vieron marcadas por medidas coercitivas estadounidenses contra el sector energético venezolano. La semana anterior, la Guardia Costera de Estados Unidos incautó un gran petrolero con casi dos millones de barriles de crudo venezolano sancionado, una acción que el gobierno de Venezuela calificó de “piratería” y robo de recursos nacionales, generando protestas de aliados regionales como Cuba.

Desde Estados Unidos, las acusaciones no fueron respondidas oficialmente. Analistas independientes destacan que la falta de evidencia técnica pública sobre el origen del supuesto ciberataque limita la verificación objetiva de las acusaciones y que este tipo de ataques informáticos requieren análisis forenses complejos antes de concluir sobre su autoría.
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