La supremacía de Estados Unidos en el Indo-Pacífico podría resquebrajarse en caso de una invasión de China a Taiwán. Así lo reportó el New York Times en base a un informe secreto del Pentágono donde se evalúa que las capacidades de Pekín podrían superar a las norteamericanas en este escenario, con la posibilidad incluso del hundimiento del USS Gerald Ford, el portaviones insignia de la Armada estadounidense.

Este trabajo de inteligencia, elaborado por la Oficina de Evaluación Neta del Pentágono, está basado en simulaciones y juegos de guerra alrededor de la isla autogobernada democráticamente, que China considera parte de su territorio. En noviembre del año pasado, el secretario de Defensa norteamericano, Pete Hegseth, ya había sido claro que, en este tipo de ejercicios entre China y Estados Unidos, “perdemos siempre”.
Cómo China podría aplastar las capacidades de Estados Unidos en el Pacífico
El reporte hace foco en la manera en que las capacidades estadounidenses se contrapone a tecnologías en desarrollo que modifican en tiempo real las implicancias estratégicas de determinados armamentos. En este sentido, se puntualiza por ejemplo el USS Gerald Ford, el portaviones más moderno de la flota norteamericana, que entró en servicio en 2022 con un costo estimado en U$D 13 mil millones. Aunque imponente, la evaluación del Pentágono signa que esta embarcación podría ser vulnerable a las más de seiscientas armas hipersónicas que China tiene en su territorio.

La vulnerabilidad de este tipo de navíos a drones marítimos y otras tecnologías cuya confección no tiene gran costo la expuso recientemente el Liaoning, el segundo de los tres portaviones con los que cuenta la Armada del Ejército Popular de Liberación. Recientemente, este buque insignia fue sorprendentemente filmado por el buque autónomo Lightfish, operado por la empresa estadounidense Seasats, que navegaba desde California hacia Japón cuando fotografió a este buque y el destructor Nanchang, lo que demuestra lo fácil que puede ser llegar a este tipo de objetivos.
Es por esto que, “en este tipo de juegos, embarcaciones como el Ford” a menudo son destruidas. Un suceso de estas características sería un duro golpe para la Armada estadounidense, que además echaría un manto de duda sobre todo su programa futuro: existen planes de fabricar hasta nueve portaviones de la clase Ford en las próximas décadas.

Pero además, las guerras del futuro podrían disputarse en territorios cibernéticos, para los que Estados Unidos no ha hecho la inversión necesaria. Según reportó el New York Times, “China ha instalado malware en las redes que controlan las redes eléctricas, sistemas de comunicación y suministros de agua a las bases militares norteamericanas”. Esta avanzada campaña de hacking, atribuida al grupo Volt Typhoon, amenaza con dificultar el movimiento de sistemas, armamentos y personal en caso de una crisis en el Pacífico, por lo que “los oficiales estadounidenses en ciberseguridad llevan años intentando encontrar y remover el software malicioso”.
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